5. Prueba de Pastel

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El clima otoñal de sintió con fuerza esa tarde. YoonGi habría preferido quedarse la mayor parte del día recostado en su cama, abrigado entre las sábanas. Pero eso no fue una opción cuando Kim NamJoon prácticamente le exigió que fuera a visitarlo al campus de la universidad Nacional de Seúl, donde dictaba clases de artes plásticas e historia del arte.

Por lo que no tuvo más remedio qué vestirse con un polo y pantalones térmicos. Unos jeans, camiseta, polera, gorro y una casaca. Las capas de ropa lo hacían ver un poco cómico y abultado, pero adorable a la misma vez. Sin embargo, fue ideal, pues NamJoon le sugirió sentarse en una banca al aire libre para disfrutar del paisaje de la universidad, ya que había estado la mayor parte de su día dictando clases entre cuatro paredes.

YoonGi agradeció mentalmente las capas de ropa y sobre todo el café que ambos compraron por el camino. Lo único que lo mantenía calientito.

—Cualquier duda me puedes mandar un correo ¿sí? —La voz de NamJoon era muy varonil, pero a la vez gentil—Sabes que siempre responderé.

—Claro Joonie- hyung...— El joven se aclaró la garganta— D-digo profesor Kim

NamJoon sonrió achicando los ojos al ver a uno de sus mejores alumnos hacer una reverencia, un poco avergonzado.

—Ve con cuidado Jungkookie, nos vemos.

El castaño de ojitos cafés le devolvió la sonrisa, muy similar a un conejito, y se alejó trotando hacia otra parte del campus, no sin antes dar un pequeño tropiezo con sus propios pies. Cuando la silueta del más joven ya no se podía distinguir, el rubio decidió romper el silencio.

—¿No que no existían los favoritismos para el profesor Kim NamJoon? —YoonGi levantó una ceja entretenido— O me equivoco, Joonie

NamJoon rio. Había pasado un buen tiempo desde que presenciaba en primera mano, el sarcasmo de su mejor amigo YoonGi. Al parecer su personalidad no había cambiado en lo absoluto. Lo había extrañado, eso sí. Sobre todo, a esas conversaciones largas y tendidas cuando solían reunirse en el café del campus de su universidad en Daegu. Ambos se conocieron porque compartían una clase de historia del arte, y se dieron cuenta que podían intercambiar conocimientos. NamJoon como estudiante de artes plásticas, ayudaba en ese entonces a conceptualizar ideas para el joven fotógrafo.

Y YoonGi le devolvía el favor con fotografías de paisajes o retratos, para que NamJoon pudiera pintar. Una amistad simple y sencilla, sin peleas y con una reciprocidad equitativa. Se entendían de manera natural, y se conformaban con la compañía del otro.

—Trato a Jungkookie como a todos mis alumnos—Se encogió de hombros y le dio un sorbo a su café para combatir el frío— No es nada en especial

—Que nunca te escuche decir eso por favor—YoonGi le apretó el hombro e hizo una pausa para hacer énfasis— O dejarás de ser Joonie hyung.

NamJoon negó con el cabeza divertido.

—Basta YoonGi—chasqueo la lengua—Él es tierno, así es su forma de ser.

—Eso es lo que piensas, pero yo aquí estaba pintado a tu costado. Incluso me pregunté si mi ropa hace que me camufle con la banca.

El moreno soltó una carcajada ante la ridiculez de sus palabras. Negó con la cabeza y posó una mano en su pierna. Apretó levemente.

—No desvíes la atención, antes que mi alumno viniera, te quejabas de Park JiMin—Quitó su mano y le dio una mirada preocupada—Si ese tipo te está dando problemas sabes que puedo ayudarte.

YoonGi bufó al pensar en lo que eso implicaba

—NamJoon me podrás duplicar en tamaño, pero tu cara te delata—Tomó un sorbo de su café y se estremeció por una ráfaga de viento—Eres demasiado gentil para hacer esas cosas, sin ofender, pero ni tú mismo te lo crees.

Dama de Honor • JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora