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El sonido de alguien entrando al salón hizo que ella se alejara de mi lo más rápido posible, yéndose de la escena mientras se abrochaba sus botones. Ni siquiera volteó a mirarme por última vez.

-¿Sigue aquí señorita Manoban? -el profesor se sentaba.

-Yo.. Ya me iba -como pude salí de ahí, me sentía temblorosa y con sentimientos extraños en mi estómago.

¿Qué fue lo que dijo? ¿Celosa? ¿Ella se sentía celosa? Sacudí mentalmente mi cabeza, a estas alturas debía pensar firmemente que se trataba de una broma ¿no? Es que todo aquello era demasiado extraño.

¿Será una especie de venganza por haberla besado? Yo creo que sí, porque no le encontraba otra razón coherente.

Tenía la esperanza de toparme a Rosé pero se veían muy pocas personas en los corredores, pensé que simplemente había huido como siempre.

Entré al salón y ahí estaba ella, platicando con Irene e ignorando el mundo que la rodeaba. Como si nada hubiese pasado.

¿Cómo podía actuar tan normal mientras yo sentía que me faltaba el aire?

Busqué mi asiento de ayer y me senté, intentando respirar y calmarme.

Una parte de mi quería reprenderla, quería gritarle y decirle que me dejara en paz; que terminara de jugar conmigo. Pero otra parte quería levantarse y besarla hasta que se nos agotara el aire.

Odié pensar lo anterior, quería que todo esto terminara porque me estaba volviendo loca.

-¡Jackson llegó! -aplaudió el profesor y Jackson cerró la puerta- Revisaré su tarea mientras que.. -anotaba en el pizarrón- Resuelven éstas páginas.

-¿Me los puede revisar a mi primero? -habló un chico y el profesor le respondió que sí.

Y entonces, cada quien se dispuso a realizar lo que debíamos.

-¿Los terminaste todos? -Jackson me susurraba.

-Anoche, eran demasiados -él asintió.

-¿Qué harás el viernes?

-¿Yo? -obviamente te habla a ti, idiota- Supongo que nada, ¿por qué?

-Celebraré mi cumpleaños por adelantado y haré una pequeña reunión en casa de mis padres -se escuchaba emocionado- estás invitada -finalizó y abrió su mochila.

¿Yo? ¿Invitada? ¿A una fiesta?

Intenté analizar el comportamiento de Jackson, quise meterme en la mente de Ryujin y preguntarme cómo era que leía a las personas por su lenguaje corporal; pero fallé.

Muy en el fondo sabía que él me había invitado con buena intención y eso era todo. Pero mi mala suerte en aquel lugar y las malas experiencias me decían otra cosa, ¿a qué pensamiento debía escuchar?

-Gracias -fue lo único que me nació decir.

Pasé la siguiente hora resolviendo ejercicio tras ejercicio, cuando fue mi turno de revisar la tarea solo la entregué al profesor y me senté de nuevo. Le eché un vistazo a la castaña quien aún no le importaba mi presencia, seguía concentrada trabajando.

El timbre sonó junto con mi estómago, el hambre había llegado a mi demasiado pronto.

-¡Mañana continuamos! -aplaudió.

Me di cuenta que la castaña e Irene salieron primero, era algo que me alivió.

Me levanté y salí, quedé recargada en la entrada y saqué mi celular.

Ella ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora