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Me senté sobre la camilla, traía la misma ropa pero sin mis converse. Como si solo hubiese estado ahí para dormir una pequeña siesta.

Me encontraba en un cuarto privado, con las persianas cerradas y sobre la mesa de noche que se hallaba enseguida, yacía un jugo de naranja, un pudín con cuchara y una manzana.

Con una de mis manos restregué mis ojos intentando captar si se trataba de un escenario imaginario o la realidad misma. Y si fuese lo segundo, ¿entonces qué demonios pasó? ¿Dónde estaba Rosé? Busqué entre mis bolsillos una señal de mi celular pero no encontré nada.

Comencé a entrar en pánico. Me senté sobre la camilla y miré mis zapatillas sobre el suelo y entonces la puerta se abrió.

-¡Despertaste! -la puerta se cerró.

-¿Qué haces aquí?

-¿Quién crees que te trajo hasta acá?

-¿Tú? Pero si..

-¿Te encuentras bien? -se acercó.

-¿Dónde estoy? ¿Y mis amigas?

-Se fueron a casa, tu mamá las llevó.

-¿Mi mamá? Pero.. -sentí mareos y forcé los ojos para cerrarlos.

-Tranquila -se acercó aún más y tocó mi brazo- recuéstate un poco y descansa, ¿tienes hambre? Si no quieres lo que te dejó la enfermera puedo traerte algo más.

-Castaña, ¿qué haces aquí? -insistí.

-¿Tú qué crees, tonta?

-Justo ahora pienso en muchas posibilidades -me recosté de nuevo, suspirando- ¿qué me pasó?

Ella caminó hasta la mesita y tomó el pudín, lo abrió y se sentó a la orilla de la camilla, haciendo que yo me recorriera un poco para darle espacio.

-Te desmayaste -abrió el pequeño postre, tomó un poco con la cuchara y me ofreció, negué con la cabeza- no es pregunta.

-No quiero.

-No has comido en muchas horas, Lisa -siguió extendiendo la cucharilla.

-¿Muchas? ¿Qué hora es?

-Casi media noche -acercó más el bocado- si te lo acabas te daré un premio.

-¿Media noche? ¿Estuve desmayada por tanto tiempo?

-No, sólo lo suficiente para asustarnos a todas -me miró- cuando llegaste aquí y el doctor te revisó -estiró más la cuchara llegando a un centímetro de mis labios- dijo que despertaste por unos segundos para dormirte y después pidió que te dejáramos descansar.

-Pero.. -movió su mano y abrí mi boca, rindiéndome.

-Desbalance anímico -tomaba otro bocado- ¿tomas vitaminas? -negué- Entonces ahora lo harás -de nuevo me alimentaba.

-¿Anemia?

-Quizás o quizá no, tu mamá estaba esperando que despertaras para mandarte a hacer estudios -tomó más pudín- supongo que tendrá que esperar hasta mañana.

-Sigo sin entender -abrí la boca y comí- esto..

-Tu amiga Rosé -dijo en un tono irritado- entró al restaurante gritando como loca si había algún doctor -movía la cucharilla tomando pudín- pude ver en su rostro que algo malo sucedía y me preocupé -estiró y abrí la boca.

-¿Y?

-Vi que habló con unos meseros y escuché que llamarían a una ambulancia, fue cuando me asusté un poco -quiso esconder su expresión pero logré verla.

Ella ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora