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Thyme salió muy tarde de la oficina, cuando estuvo afuera del edificio, se aflojó la corbata que sentía que le ahorcaba.

—¿Qué tal tu primer día?

La voz que escuchó era única y tan coqueta que nunca podría confundirla.

—Kavin —contestó y al girarse, lo vio recargado en su auto con los brazos cruzados — Demasiado agotador.

—Me imagino, ¿quieres que te lleve?—preguntó mientras se enderezaba.

—Si, ya todos se han ido.

—Bien, entonces sube y ya sabes…

—El cinturón de seguridad, ya sé.

Thyme lo interrumpió y sonrió, Kavin también sonrió y ambos subieron al auto.

—¿Y qué estás haciendo aquí?—preguntó Thyme después de que el auto avanzó y él se quitó su saco y la corbata por completo.

—Solo vine por mi amigo, ¿acaso no puedo?

—Si, pero es extraño.

—¿Por qué?

—Quién vendría normalmente sería Ren, no tú.

—¿Te molesta que sea yo?

Kavin no quería mencionar que Ren se había ido nuevamente a buscar a Gorya, y que él se había ofrecido para cuidar de Thyme.

—No, solo es raro, cálmate un poco.

Kavin rió, desde la llamada que tuvieron en la mañana, se sentía extraño y no podía actuar normal frente a Thyme, él suele ser bromista pero que Thyme haya sido tan sincero, le afectó en algo, solo que no sabía que era.

Así que el camino a la casa de Thyme fue silencioso y solo una canción sonaba de fondo, el auto se detuvo.

—Thyme, hemos llegado.

Pero al no recibir respuesta, miró a su lado solo para descubrir que Thyme se había dormido, su cabello ya estaba desordenado y su rostro tenía un ligero rubor rosado, Kavin sonrió un poco y no pudo evitar pasar su mano por el cabello esponjoso.

Era aún más extraño ver a Thyme tan calmado cuando siempre era muy hiperactivo, pero era algo digno de admirar, no siempre se podía ver al gran heredero de los Paramaanantra tan vulnerable y tranquilo. Pero este momento no debía durar mucho.

—Thyme, despierta.

Kavin lo sacudió y dio palmaditas en sus mejillas, Thyme se removió y un momento después, abrió los ojos.

—¿Qué pasa?

—Hemos llegado a tu casa.

Thyme solo emitió un pequeño sonido, se estiró, bostezo y recogió sus cosas.

—Gracias.

Salió del auto y entró a su casa donde todo ya estaba apagado, ya nadie lo esperaba.

Esta rutina se repitió hasta el viernes, donde la madre de Thyme le daría esa pista tan anhelada.

Kavin comenzó a alargar los momentos donde veía a Thyme dormir, ¿por qué lo hacía? Ni él mismo lo sabía.

Thyme terminaba tan agotado que nunca se dio cuenta que alguien acariciaba su cabello y sus mejillas, y es que cada vez discutía más con su madre, se daba cuenta que ella manejaba de otra manera la empresa, era mucho más cruel y no se detenía ante nadie, despedía a quien le trajera mal su café y todos le temían. Thyme quería cambiar eso, pero él era simplemente un títere.

To You | Kavin x Thyme |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora