Despertó con un sentimiento de culpa en su pecho. No podía pensar en nada más que la reunión con Earth. En los últimos días notó que sus pensamientos estaban llenos de Prem, tanta incertidumbre y ansiedad. ¿Qué sucederá cuando las clases acaben? ¿Volverá a desaparecer de su vista como cuando visitó su antigua casa? Salió de su habitación abrumado, notando que nadie estaba despierto aún. Llamó a la puerta de sus compañeros esperando que despertaran. La tetera sonó con un pitido y preparó su té matutino. Sopló un par de veces el líquido en si taza justo cuando Kao apareció por la puerta de la cocina.
— ¿Dónde está Ohm?
—Supongo que sigue en lo de Fluke. — le dio un pequeño sorbo a su taza—. La noche estuvo un poco loca.
— ¿Se quedó en casa ajena?
—Sí, aunque no creo que pasara nada, ese chico estaba bastante borracho. Conoces a Ohm no abandona a nadie.
— ¿Dónde está Ohm? — preguntó Kimmon dejándose caer en el sofá—. No fue a despertarme.
—No vino a dormir. — comentó Kao entre una risa orgullosa.
—Pero él siempre regresa.
Todos rieron ante un desliz de su líder. Era bueno verlo relajarse de vez en cuando, nunca lo hacía.
—Voy a llamarlo. — Kimmon presionó el número del líder, el timbre sonó un par de veces antes de cortarse—. No responde.
—Bien, debemos bajar con la señora Lee.Se prepararon y bajaron a su clase de canto. Asustados ante la falta de respuesta del líder, mensajes y llamadas de parte de todos los miembros y no aparecía. Hubo una mini clase grupal y mintieron con que Ohm estaba en emergencia familiar. La señora Lee era una maestra muy estricta y sabía que no faltaría por cualquier razón estúpida. El tiempo pasó y lograron que respondiera la llamada. Sintieron alivio.
— ¿Dónde estás? — Kimmon fue el primero en hablar.
—Mierda ¿Qué hora es? — la voz al otro lado de la bocina estaba agitada ¿Recién se despertaba?
—Tienes que venir, la señora Lee está muy enojada. — Boun tomó el teléfono.
—Llego en unos treinta minutos.El líder llegando tarde a su propia práctica, jamás le había pasado. No podían dejar de reír y hacer chistes de la situación. Kao fue primero en entrar a las prácticas individuales, salió rápidamente y Kimmon tuvo que comprarle mucho tiempo para que el líder llegara. Salió de la habitación fingiendo arrepentimiento y le indicó con el dedo que era su turno. Su parte favorita de las clases de canto eran vocalizar. Se sentía bien la vibración en su garganta y jugar con las notas al ritmo del compás. Al fin terminó su turno y un golpe de emoción de lo que iba a venir en un par de horas lo hizo saltar y cantar de la emoción. Su líder había llegado y finalmente era su turno. Nadie mencionó nada de la ropa o su cabello desarreglado, no necesitaban a su líder más nervioso.
—¿Por qué tan feliz? — Kimmon lo cuestionó con la mirada.
—Voy a salir un rato.
— ¿Tienes una cita? — preguntó el menor con una sonrisa.
—No, bueno, sí. — dudó unos momentos—. Veré a Earth.
Kimmon se giró completamente hacia el como queriendo más detalles, pero no preguntó nada. El silencio se prolongó volviendo el ambiente tenso. El peli azul comenzó con las bromas y pronto el líder se les unió.
—¿Qué sucede aquí?
—Kao tiene una cita. — Respondió el menor en tercera persona.
El mayor quedó boquiabierto.
— ¿Con quién? — preguntó Kimmon.
—Una chica de la fiesta.
— ¿Empezaras a salir de nuevo? — Boun lo retaba con la mirada.
Él menor se encogió de hombros.Subió rápidamente a su habitación, buscó su ropa menos llamativa y condujo hacia el pequeño restaurante donde se habían citado. Se sintió avergonzado por haber llegado demasiado pronto. Hizo tiempo bebiendo una maleada de fresa, cuando el cabello rosa del maestro apareció por la puerta lo llamó para que supiera que estaba en el lugar. Se sentó frente a él y le regaló una sonrisa amable.
—Hola Earth ¿Tienes hambre? — No te preocupes, Boun de Prem.
—Puedes llamarme solo Boun.
—Bien, Boun. Quieres hablar de Prem.
Asintió energéticamente.
—Antes que nada, lo que se habla en esta mesa no se menciona con nadie, menos con Prem.
—Mis labios están sellados.
—Gracias. — jamás podría decirle a su amigo que citó a alguien para hablar de él.
—Bien, conozco a esos chicos desde quizá los doce o trece. Pasamos horas bailando en las máquinas de los arcades y volvimos a encontrarnos justo después de que cumplimos quince años. Fue cuando...
—Me reclutaron.
—Sí, antes de Prem yo era solista. No suelo llevarme bien con la gente de mi edad, pero ellos son... especiales. — Sus ojos vagaron por esos estimados recuerdos—. Una presentación sencilla, apenas y sabían mi nombre. Mis ojos se toparon con los de él y lo recordé inmediatamente. Una sonrisa más brillante que el sol, pero ese día... era una sonrisa muerta, las lágrimas rodaban por sus mejillas. Fue la única vez que he olvidado una coreografía, ver llorar a Prem es lo peor del mundo.
Asintió lentamente, tenía razón no había nada peor que ver a Prem llorar, en el pasado lloró muy pocas veces. Una fue cuando sus padres murieron y otra cuando los padres de Boun no llegaron al recital de primaria. Era muy fuerte.
—No quiero hablar de más, no quiero decir nada que sé que él no aprobaría. — peinó su cabello hacia atrás y se estiró en el lugar al tiempo que la mesera colocaba una taza de café frente a ellos—. Lo quebraste. Quería que cumplieras tus sueños, pero también quería pedirte que jamás lo abandonaras ¿Lo quieres?
—Claro que sí.
— ¿Cómo fue el día en que se separaron?
—Yo... Lo abracé y lloré hasta que llegaron por mí. Pero él estuvo abrazándome mientras con una sonrisa me decía que todo iba a estar bien, que me apoyaría desde casa.
—Sabes Boun... para entender a Prem debes tomar el cariño que le tienes y multiplicarlo por diez como mínimo. Fueron semanas que no podía dejar de llorar y no sabes las ganas de golpearte que tenía en ese tiempo. Aunque no puedo juzgarte, mírate, lo lograste. Deberías hablar con él. No quiero que te acerques a mi bebé con dudas... no sé si lo entiendas, pero espero pienses con la mente abierta todo esto. Que repases con cuidado tus recuerdos y entiendas porque estamos aquí hablando de Prem.El móvil de Earth sonó y su expresión se oscureció. Se disculpó tener que irse antes y corrió por la puerta como si su vida dependiera de ello. No pudo moverse, las preguntas atacaban su mente. Earth tenía razón ¿Por qué pensaba tanto en Prem? No solo en ese momento, repasó el tiempo que pasaron lejos y lo notó. Cuando les daban premios o estrenaban canción solamente quería poder contarle y ver esa gran sonrisa que lo apoyaba y consolaba siempre. Aunque no la había visto en mucho tiempo le era imposible olvidarla.
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No te equivocaste - Dos vidas perfectas - BounPrem
Любовные романыSu única pasión era el baile y la cocina, luego de años de no saber de él recibió una llamada. Boun había vuelto a su vida, tan resplandeciente como siempre. Su corazón revivió lo que creyó ya muerto. Era agradable estar con él de nuevo, pero lo mat...