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La clase conjunta había llegado, llegaron juntos entre risas y comentarios que solo ellos dos entendían. La sonrisa de Prem lo hizo feliz instantáneamente. Earth le giñó un ojo con complicidad. Esperaba el momento correcto para poder acercarse a su amigo para invitarlo por un café, no se le ocurría otra manera para pasar tiempo con él. Tenía la teoría de lo que pasaba, pero no era algo que podría tener seguro al cien por ciento.

—Buenos días a todos. — Prem sonreía ampliamente—. Tomen asiento.
—Esta es la primera clase conjunta. Prem y yo haremos la coreografía una vez. El video es una referencia, pero no es igual verla en persona.

Tenían razón, no se podía comparar. Siempre era un espectáculo verlos bailar juntos, eran geniales. El ensayo pasó rápidamente. Tener a ambos maestros juntos hacía que todo fluyera de forma tranquila. La práctica del día anterior si los ayudó a concentrarse más en su entorno, en cada uno de sus compañeros y los pasos. Cada que Prem se acercaba a corregirlo su corazón daba un pequeño salto. La práctica terminó y todos los integrantes se dispersaron por él lugar.

—Boun. — le llamó el pelinegro.
Se acercó a su amigo mientras bebía de la botella en su mano. — ¿Sí?
—Baba te envía un regalo.
Sacó un bonito bordado de su mochila, era evidente que lo había hecho ella. Lo tomó y deslizó sus dedos sobre la tela, el dibujo era simple y aun así era lo más preciado para el en ese momento. — Muchas gracias por traerlo.
—Un placer, bien me retiro.
— ¿Ya te irás?
—Tengo una cita.
Algo dentro de él entró en modo peligro ¿Una cita? Tenían una pésima coordinación. Pensó rápidamente, no podía dejarlo ir así sin más a los brazos de quien sabe quién. — ¿Tienes unos minutos? Quería pasar más tiempo contigo, no nos hemos visto en bastantes días.
El bailarín asintió como dudando de su decisión.

*****

Maldijo para sus adentros, había mentido con tener tiempo. En realidad, estaba a punto de estar atrasado, pero no quería desaprovechar el ver por más tiempo a su amigo. Una ola de vergüenza lo abrazó cuando recordó el día que se habían visto, luego de dejar salir su lado infantil por culpa de Fluke. Pidieron un café cada uno y lo bebió lentamente.

— ¿Cómo has estado Prem?
—Bien… he estado trabajando bastante.
Negó con la cabeza. — Me refiero a cómo has estado todo este tiempo.
—Boun ¿Qué es lo que quieres saber realmente?
—Yo… Me sorprendí de ver a Baba, no sabía que estaba así de mal.
—Tu tenías tus propias prioridades, Baba es mi abuela… no quería preocuparte.
— ¿Qué fue lo que pasó?
—No quiero ni puedo hablar de eso en este momento. — se levantó de su silla tratando de no caer ante los ojos de cachorro de su amigo. Sacó un billete de su bolso y lo colocó en la mesa.
—No es necesario que pagues, Prem.
—Quiero hacerlo. — caminó un par de pasos hacia la salida, pero se giró segundos después—. Ven a mi casa el martes, si quieres hablar de ello lo haremos.

Salió del lugar y mordió su lengua por haberlo invitado sin vacilar ¿No se suponía que seguiría adelante? ¿Dónde quedaba su fuerza de voluntad? Dentro de su auto se hundió en el asiento totalmente agotado, una llamada en el móvil le recordó sus planes. Se puso en camino hacia el lugar en el que había quedado con su cita. Eso es lo que necesitaba hacer, tener una cita por primera vez en su vida. Su corazón había sido fiel a su amigo de toda la vida, necesitaba cambiar eso pronto, antes de salir herido de nuevo.

No te equivocaste - Dos vidas perfectas - BounPremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora