¿Cómo podía el universo patearlo de esa manera? En su móvil se encontraba la causa de su malestar, el señor Katsaan lo estaba citando para su próximo día libre. Mordió su labio inferior hasta que estuvo sangrando, si, era un mal hábito, pero no podía detenerlo. Su dedo anular ya sufría por ser mordido y al cocinar no podía darse el lujo de hacer su tic por lo que su labio sufría. Su amigo lo observaba aterrorizado, se odió por no poder ocultar mejor sus emociones y problemas. Quería poder pasar desapercibido.
— ¿Qué pasa Prem? — Fluke guardaba sus cosas en su casillero.
—Solamente estoy cansado.
— ¿Seguro?
Rascó su cuello agotado, quería desahogarse, pero su amigo seguro le ofrecería su ayuda. — Sí, ya sabes que todo mi mundo es agotador.
—Entonces no te preocupes, yo me encargo de la limpieza esta noche.
— ¿En serio? Has estado haciéndolo solo tú últimamente.
Su amigo sonrió nervioso. — Quiero ayudarte en lo que pueda.Agradeció a su amigo y lo abrazó fuertemente. Le sentaba mal dejarlo a él solo, pero a veces era demasiado insistente, creía firmemente que era para poder decirle a su padre lo mucho que se estaba esforzando. Caminó hacia su gastado auto y eso terminó por derrumbarlo. Se sentó en el sillón y lo soltó, un sollozo salió de su garganta. Las lágrimas rodaban por sus mejillas, llevaba aguantando mucho tiempo la mala suerte. Dejó que las pequeñas gotas salinas cayeran en sus piernas mojando su pantalón. Deseando que la tristeza e impotencia desapareciera en cada una de ellas. Arrojó la cabeza hacia atrás hasta hacer contacto con el asiento. Las gotas rodaron por su cuello, desapareciendo en la tela de su camisa. Su salario no alcanzaba para más de lo que tenían, el pánico alojado en su pecho a causa de la reunión con el cobrador era algo que no necesitaba. Con sus ojos desenfocados observó la fecha, suspirando audiblemente, la cita del doctor de su abuela se acercaba. Cada una de esas citas era peor que la anterior, en lugar de mejorar siempre había algo más por querer curar. Secó sus ojos con la manga de su camisa y respiró profundo para calmarse.
—Las cosas siempre mejoran, Prem. — se dio ánimos una vez más y encendió el motor de su auto.
Alguien tocó el vidrio de su carro, un chico alto de cabello plata le sonreía.
— ¿Ohm? — se deslizó fuera del automóvil aun calentándose—. ¿Qué haces aquí?
—Esperaré a Fluke.
Una sonrisa se dibujó en su rostro ayudando a su corazón con una buena noticia. — ¿Qué tal va eso?
—Vamos muy bien. — una encantadora risa nerviosa se escapó de su garganta.
—Cuídalo mucho ¿Sí?
Asintió. — Claro que sí.
Le sonrió amistosamente.
— ¿Estás bien?
La pregunta que hacía a sus ojos llenarse de lágrimas había llegado, se movió de sitio caminando para evitar dejarlas salir, el chico alto lo observaba preocupado. — Sí.
—Prem, sé que no nos conocemos hace mucho, pero... — lo tomó por los hombros obligándolo a verlo. — Suelo preocuparme mucho por la gente a mi alrededor.
No pudo hacer más que seguir viéndolo a los ojos.
—Tienes los ojos rojos.
Las lágrimas brotaron de nuevo provocando que el mayor entrara en el conflicto de si abrazarlo o no. Tomó la decisión por él y se lanzó a sus brazos los cuales no dudaron estrecharlo.
—Pr...em.
—Solo unos segundos ¿Sí?
El abrazo se apretó.Agradeció que su amigo no saliera en ese momento, no quería que fuese a malinterpretar lo que estaba ocurriendo. Los grandes brazos del líder eran cálidos y fuertes, ayudando a juntar su orgullo y dignidad. Necesitaba ese buen gesto, tan claro como el agua y sin ninguna segunda intención. Sintió la mano del mayor sobar su espalda para calmar sus lágrimas, sabía que estaba dejando que alguien que no era cercano viera un lado patético. Pero lo vio por el lado positivo, no tendría a sus amigos preguntando y acosándolo para saber todo lo que estaba ocurriendo. Su cuerpo se relajó cuando el mayor susurró "Estás bien, Prem." Una frase de ánimo. Suspiró y se separó del abrazo.
—Lo siento.
Negó con la cabeza. — No te preocupes, pero ¿Qué sucede?
—Problemas financieros. — no pensó mucho la respuesta, salió como si fuese lo más normal por decir.
— ¿No ganas bien en el restaurante? — la voz del mayor sonaba extrañada.
—Tengo muchos gastos...
Él mayor pensó unos segundos, mientras Prem usaba su manga mojada para secar su rostro nuevamente. — ¿Necesitas que te paguemos por las clases? Ya sabes, es un trabajo que están haciendo gratis.
Negó con la cabeza energéticamente. — Es un favor hacia Boun, no es necesario un pago.
—Lo siento, Earth me lo dijo antes, pero no pude evitar decirlo... quisiera ayudar.
—No te preocupes, solo me quejo.Se despidieron y volvió a agradecer que Fluke no saliera, fue extraño, pero aun así no le dio mucha importancia. Pudo entender el momento donde Boun le había pedido el favor, había hablado de su líder con tanto cariño y admiración. Era más increíble de lo que parecía, se alegró por su amigo, sabía que lo cuidaría muchísimo más que a todos los que ya había cuidado...
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No te equivocaste - Dos vidas perfectas - BounPrem
RomanceSu única pasión era el baile y la cocina, luego de años de no saber de él recibió una llamada. Boun había vuelto a su vida, tan resplandeciente como siempre. Su corazón revivió lo que creyó ya muerto. Era agradable estar con él de nuevo, pero lo mat...