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Su compañero lo arrastró a la pista de baile, no pudo evitar su agarre y permitió que lo hiciera. Era claro que él no sabía su situación y lo poco que iba a poder estar en el mismo lugar que Prem y su cita. Por un momento pensó que se acercaría como usualmente lo hacía a peli rosa, pero en su lugar su intención iba totalmente hacia el chico de pelo negro que bailaba con su cita.

— ¡Move!
—Kao. — respondió apartando a su cita, lo cual le dio unos segundos de alivio—. ¿Qué haces aquí? Hace tiempo no nos vemos.
— ¿Quieres ir a la barra a tomar algo? — Kao trataba de alejarlo de su cita, pero ¿Por qué?
— ¿Disculpa? — la cita tomó al pelinegro de la cintura y le pegó a él—. ¿No ves que está conmigo?
—Lo veo, pero no me importa.
— ¡Aquí están! — fue lo único que pudo decir tratando de que la tensión no aumentara.
— ¿Cuál es tu problema amigo?

Prem le dio una mirada de súplica y no dudó dos segundos para tomarlo de la mano y sacarlo de la pista. Agradeció que conocía el lugar y pudo llegar a la habitación donde hablaron semanas atrás. Prem se paseaba de un lado al otro mordiendo una de sus uñas insistentemente, estaba dándole vueltas a algo y si no lo detenía iba a lastimarse.

— ¿Qué sucede?
—Lo abandoné ¿No crees que es grosero?
— ¿Estuvo mal que te llevara conmigo? Creí que me lo estabas pidiendo.
Asintió. — Sí, pero se supone que era una cita.
— ¿Qué sucede Prem?
—No dejaba de tocarme. — soltó en un largo suspiro—. Sé que muchos creen que si bailan contigo es para que aprovechen la situación.
Pensar que lo tocó lo suficiente para mostrarse tan incómodo para que Kao le diera prioridad a él y no al peli rosa hizo que quisiera regresar para golpear a su cita por sobrepasar un límite. — ¿Estás bien?

*****

De todas las personas que podían aparecer no podía creer que Boun fuera el elegido, no quería verlo. Cada que su preciosa cara se hacía presente su decisión de seguir adelante flaqueaba, sus encantos eran su talón de Aquiles. Pero ahí estaba preocupándose como siempre por él, si bien pidió ayuda no esperaba que Kao y Boun estuvieran juntos. El castaño se dejó caer en uno se los sillones de forma pesada. Estaba molesto.

— ¿Estás bien? — preguntó el mayor.
Asintió lentamente. — No soy bueno en esto de las citas.
— ¿Y porque estás en una?
Abrió la boca, pero logró cerrarla antes de decir algo de lo que se iba a arrepentir, formuló otra respuesta. — Quería salir con alguien.
—Pudiste decírmelo, somos amigos, sabes que conmigo estarías más cómodo.
Dejó escapar una risa llena de ironía. Claro, eran amigos y ese era justamente el problema. El enojo creció dentro de él y la frustración de años se hizo presente. — Me refiero a una persona que pueda besar y coger.
Los ojos de su amigo se abrieron ante esa respuesta. — Prem.
—Soy una persona Boun, también tengo ciertas necesidades.

La risa inesperada de Boun alivianó el ambiente, no pudo evitarlo y su risa salió para unirse a su amigo. Luego de unos minutos de risa incontrolable se dejó caer en una silla al lado del castaño. No quería ser grosero y ofender al chico, pero estaba algo borracho y molesto lo cual lo hacía más hablador de lo normal. Se sentía estúpido, un virgen como él hablando de sexo y besarse con alguien extraño.

—Entonces el pequeño Prem está frustrado.
Se encogió de hombros. — Pues así parece, siento haberte gritado antes.
—No te preocupes, supongo que me lo merecía, no gritas solo por qué.
—Parece que aún me conoces lo suficiente para entenderme. — dejó escapar un gran suspiro—. Creo que necesito una cerveza… pero no quiero ver a Luke luego de abandonarlo.

*****

Luke, así que ese era el nombre del castaño, no le podía interesar menos. Su corazón había dado un gran brinco al escuchar lo que Prem esperaba al salir, era lo evidente para muchos. Claro que iba a tener deseos, pero no podía ver a su preciado Prem como alguien que fuese pensando en acostándose con cualquiera que le pidiese una cita, estaba en contra de ello. Se había vestido de forma sencilla y aun así era totalmente adorable. Agradeció el mensaje de Kao avisando que regresaría antes dándole más tiempo con el bailarín.

—Parece que me botaron. — la voz ronca de Prem lo hizo regresar—. ¿Te invito a una cerveza o muy idol para compartir un par?
—Tranquilo tigre, me encantaría.
—Bien, muévete.

Salieron del lugar y consiguieron las tan ansiadas cervezas que su cuerpo pedía. No podía creer que en un momento a otro su ansiada cita con Prem había tomado lugar. Bailaron animadamente y pudo ver a su amigo saltar con el pelo lleno de sudor cayendo sobre su rostro haciéndolo ver más atractivo que nunca. Prem era muy guapo, pero cuando bailaba dejaba salir esa parte de él que no se miraba con frecuencia; sexy y seductor. La música cambió a un ritmo que no era el usual y Prem mordió fugazmente sus labios para luego sonreír.

— ¿Quieres bailar conmigo? — los ojos de Prem brillaban por culpa del alcohol.
— ¿Estás seguro de que te sientes bien?
—No seas aguafiestas, no estoy tan borracho.
—Bien jovencito no estoy tan borracho ven aquí y guíame.

Con una sonrisa resplandeciente el menor lo hizo, tomó su cadera con una mano y la otra su hombro. Era evidente que él debía dirigir ese ritmo inusual. Sus cuerpos se frotaban de una manera que nunca lo habían hecho. Su respiración se entrecortó al pensar que ese podría haber sido su cita de hacerlo sentir tranquilo a su lado. No quería quitar su vista del bailarín ni un solo segundo, no podía calmar la presión en su pecho. La música subió y los rodeaba haciéndolos sentir en su propio mundo. Alguien golpeó al pelinegro por la espalda haciéndolo acercarse aún más. Sus rostros se encontraban a centímetros, de moverse hacia adelante sus labios se tocarían.

No te equivocaste - Dos vidas perfectas - BounPremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora