33

37 13 0
                                    

Agradeció a su enfermera poder llegar más temprano de lo usual. Se había propuesto encontrar un nuevo lugar para vivir. Las advertencias ya no eran solo eso, eran amenazas que seguramente serían cumplidas en algún momento. Debía caminar por los pasillos siendo más paranoico que cuando salía tarde del restaurante. Planificó un par de entrevistas para alquilar por la zona, deseando poder terminar a tiempo para las clases con los chicos. Entró en un edificio blanco, limpio y sin muchos lujos.

—Buenos días. — saludó a la chica tras el mostrador—. Tengo una cita con la señorita Pamny.
—Lo ha estado esperando, por aquí.

Siguió a la joven hacia una de las oficinas, abrió la puerta y le indicó que esperara en ella. Los minutos pasaron y una linda chica de cabello rojizo apareció frente a él. Una sonrisa amable, vestida formalmente de cabeza a pies, viéndose como una profesional. Se acercó a él le entregó unos folletos del lugar.

—Señor Warut, gracias por elegir este lugar. — salieron del pequeño cuarto—. Sé que este lugar es de los mejores de la zona, buenos precios y varias vías para evitar el tráfico.
Asintió a tiempo que ella sacaba unas llaves de su bolsillo para hacerlo pasar a uno de los apartamentos modelo.
—Son dos habitaciones medianas y tres ambientes completamente independientes. — señaló la sala que era más grande que la de su casa—. Baño, sala/comedor y cocina.
— ¿Tiene balcón? — sus ojos cayeron en la puerta corrediza al final de la sala.
—Es pequeño, pero perfecto para una silla y una mesa de lectura.
Se escapó una pequeña sonrisa de sus labios, el lugar era precioso. Su presupuesto no iba a poder pagarlo.

*****

— ¡Yuuki! — Kao fue el primero en saludar animadamente al chico que recién se les unía—. ¿Qué hace aquí?
El actor le sonrió inmediatamente. — La empresa me ofreció la oportunidad de que viniera a verlos en acción.
El chico frente a él no se movía, deseaba que se quedara de esa manera hasta que el actor saliera de la sala.
— ¿Earth?
Todas las miradas del lugar giraron hacia el menor ¿De dónde conocía al actor?

Sintió como se tensó el lugar cuando ambos hicieron contacto visual. La mirada en el rostro de su líder hacia el pequeño lo abrumó. Su rostro denotaba vergüenza, arrepentimiento y algo que no pudo entender. El actor sonrió como si acabase de ver a un amigo que no había visto en años. Los ojos del pequeño cuestionaban a Ohm.

—Creo que podemos acabar por hoy.
Earth asintió.
— ¿Cómo has estado? — interrumpió el actor—. Mucho desde la última vez que nos vimos.
— ¿Se conocen? — Kimmon había hecho la pregunta que él deseó hacer.
—Claro que…
—No. — agregó Earth molesto—. No tengo ni la menor idea de quien seas.
—Earth. — la voz era de Kao, su tono era de advertencia.
— ¿Cómo está Prem? — su ceja se arqueó ¿Conocía a Prem? No cualquiera le llamaba Prem, la mayoría lo conocía como Move.
El pequeño se acercó amenazantemente al actor que dio un paso hacia atrás. — No te atrevas a hablar de ellos ¿Qué mierda haces aquí?
—Haremos una colaboración… espero podamos trabajar juntos este tiempo.
—Estás soñando… tú y el trabajo se pueden ir a la mierda.
—Earth. — Ohm se interpuso entre ambos—. ¿Podemos hablarlo?
Negó energéticamente la cabeza antes de girar a verlo. — ¿Lo sabes?
—Earth… aquí no.
—Carajo Ohm ¿Lo sabes?
Asintió lentamente. Todos en la sala los miraban sin salir de su asombro al momento que el peli rosa tomaba por el cuello a su líder y tiraba del mismo para quedar cara a cara. El rostro del menor era de color rojo encendido, evidentemente su molestia era increíble.
—Deberías calmarte Earth. — Kao lo tomó por los hombros obligándolo a soltarlo—. ¿Cuál es el problema?
Resopló. — ¿Cuál es el problema? ¿Por qué mierda regresaste Yuuki?
—Trabajo.
—No me hagas reír… bien sabemos que eso es una vil mentira. — Earth apretaba el borde de su camisa haciendo que sus puños se volviesen de color rojo—. Agradezco que no me paguen… puedo romperte ese bonito rostro tuyo sin miedo a que me despidan.
—Basta. — Kimmon se acercó al grupo—. Creo que deberías irte Earth, no queremos faltarle el respeto a nuestro invitado.
—Claro. — arregló su ropa, su voz destilaba odio y enojo—. Todos ustedes se pueden ir a la mierda.

Tras decir eso el pequeño maestro salió de la sala dejando a sus compañeros con la boca abierta. ¿Qué acababa de ocurrir? Los tres compañeros se disculpaban vehementemente con el actor. No podían perder esa oportunidad. No estaban en posición de negarse a colaboraciones de esa magnitud. El actor negaba tratando de detener sus disculpas. Su mente se llenó de Prem ¿Dónde estaba? Probablemente él lo hubiese calmado antes de crear más caos.

No te equivocaste - Dos vidas perfectas - BounPremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora