—¿Qué pasó ahora? —pregunta Tel'Annas con cansancio.
—No es algo para juego, Tel, Zip y Bright no han vuelto desde que salieron en búsqueda de Valhein. —avisó Lauriel, se notaba muy preocupada por la desaparición de ambos.
La elfa dejo a un lado su libro de magia para conectar sus ojos con los brillantes iris azules de la rubia, esta última frotaba sus manos con rapidez, esperando una respuesta de su parte.
—No podemos hacer nada por ahora, apenas ha pasado un día, Valhein es demasiado bueno como para ser derrotado tan fácilmente. —fue la primera explicación que dio la pelo blanco—, Bright y Zip deben estar rondando la zona aún, no nos preocupemos, es mejor mantener la calma ante todo. —añadiendo esto, se levantó de su escritorio para acercarse a la gran ventana de su estudio.
Lauriel no dijo nada, solo se quedó estática en su propio lugar, agachando la cabeza como perro regañado.
Luego de un rato en total silencio, Tel'Annas se dio la vuelta, encontrándose con una vacía habitación que solo era ocupada por ella misma.
Toda esta situación le preocupaba a pesar de no demostrarlo, no es la primera vez que Valhein desaparece de la nada y vuelve tiempo después muy sonriente, le molesta que de pronto esté metido con alguna bella dama, no siente celos ni nada ya que es un viejo amigo, solo que, no puede estar exhibiéndose por ahí sin protección alguna, puede sufrir una emboscada hostil por parte de Natalya.
Decidió salir de su santuario para caer en las tentaciones de ir a beber algo en el bar de la gran casa, apenas iban a ser las tres de la tarde, un zumo de manzana podría calmarla, no son horas para el alcohol.
Bajando las escaleras hacia el sótano pudo visualizar una esbelta y alta silueta que se movía con elegancia por detrás de la barra de madera, aquella sombra que tenía tales movimientos tan bien calculados pertenece al misterioso Paine, quien preparaba su té de todas las tardes.
—Hola, ¿que tal? —saludó Tel'Annas con calidez.
El de pelo blanco sonrió amistosamente, no saludó por igual, ya que preparar su bebida caliente tiene más importancia que contestar algo a las palabras de la elfa.
Al terminar sus labores con precisión, se dignó en sentarse al lado de la arquera, ella ya iba por la segunda ronda de su tan amado zumo de manzana.
—Estoy bien, como siempre, ¿y tú, querida?
Ella emitió un quejido despreocupado que daba a entender que en su vida solo pasaban cosas aburridas, ninguna novedad para comentar, todo transcurría con normalidad.
—Bueno... ¿ya te enteraste de la desaparición de Bight y el enano? —cuestionó Paine sin mucho interés por ese asunto.
—Si claro, ¿tú crees que les haya pasado algo? —preguntó Tel'Annas, dejando notar su nerviosismo.
El otro movió su cabeza de un lado a otro en negación, quería calmar a la arquera, a pesar de ser tan retraído y frío le molestaba ver mal a sus compañeros de casa, en las batallas lo han protegido así como él los ayuda, no encontrar una solución a la angustia de ella lo hace sentir, en cierta manera, mal.
—No te preocupes, saben defenderse.
Los dos se callaron por un rato, sentían la necesidad de solo tomar de sus bebidas sin interrumpir al otro con más problemas, por ahora, debían esperar a su regreso y no mostrarsen hostiles ni dar señales de la desaparición de tres compañeros.
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El Destino (EN CORRECCIÓN)
RomanceEl reino de Valor quedó bajo un terrible mandato después de la derrota de Zata, el antiguo rey que mantenía la estabilidad en esa monarquía. La ambición por el control de Natalya la llevó a desatar la más horrible y sanguinaria batalla en toda la hi...