Este era el supuesto día donde Lorion tendría que volver al Inframundo, logró negociar con algunos rebeldes practicantes de la magia, pero la transfusión aún no se llevaba a cabo en todos los cuerpos, faltaba uno por completar, el de D'Arcy.
Las horas pasaban y el proceso se hacía cada vez más lento, esto no le agradaba a Lorion en lo absoluto, no podía regresar a ese lugar de nuevo, no en esos momentos donde la actualidad del reino puede ser cambiada para bien.
—¿Cómo pudiste negociar con El Supremo? ¿Cuáles fueron sus condiciones para darte tanto poder? —preguntó el archimago.
—Me dio una orden, y era acabar con todo este chiste de las facciones, tengo que darle fin a la Luz y la Oscuridad para siempre. —respondió Lorion, mientras seguía analizando la sangre de su ex alumno—, y obtuve todo esto con perseverancia, él me confió gran parte de su poder para que lo repartiera entre mis aliados, para ser inmortal... Para volver inmortal al amor de toda mi vida. —añadió con voz sombría, algo que le erizo la piel al otro.
Solo eran ellos dos, discutiendo y hablando de sus vidas, como en los viejos tiempos.
—¿Ya encontraste a tu difunto esposo de nuevo? —preguntó D'Arcy con miedo a la probable respuesta que podría recibir.
—Si...
—¿Es Bright? —cuestionó el castaño, esta vez, siguiendo con sus ojos cada movimiento de su antiguo profesor.
Lorion paró sus acciones y lo miró por unos cuantos segundos, en silencio, sin siquiera demostrar alguna emoción.
—No.
D'Arcy soltó un largo suspiro de alivio, no tenía porqué creerle a su ex maestro, pero con la cara tan seria que tiene, y su seca respuesta, es más que suficiente para calmar sus conclusiones alocadas sobre ellos dos.
—Tel'Annas nos dijo que habló con Bright, y lo vio bastante feliz, el motivo eres tu por supuesto. —soltó su justificación por aquella pregunta tan incómoda—, fue ese dia donde llegaron, nunca nadie habia visto que ese muchacho protegiera a muerte a alguien. —agregó con una sutil sonrisa, claramente era por el avance que tenía el Heredero en dejar de ser tan frío.
Lorion no decía nada al respecto, pero estaba más que asombrado por esas declaraciones, nunca llegó a pensar que Bright no era capaz de defender a alguien en esa forma.
—Bueno, digamos que con Violet, las cosas cambian un poco, la ha salvado de muchas situaciones difíciles y se llevan demasiado bien. —esta vez, el archimago tenía una reluciente sonrisa, mostrando sus dientes perfectos—, no sé qué se traen esos dos entre manos, pero no hacen ni un mínimo intento de ocultar el gran aprecio que se tienen.
Aquellas palabras ya estaban irritando al otro mago, primeramente, le dijo que jamás protegía a nadie a muerte, ahora saca a relucir que el joven se lleva demasiado bien con la odiosa tiradora de pelo negro que lo detesta con todo su ser, incluso tiene el descaro de decir que demuestran su cariño ante todos, parecía más una estrategia para alejarlo de Bright que una simple charla casual.
—Me alegro. —contestó Lorion con suma frialdad—, nosotros dos nos llevamos bien por el hecho de que él fue mi protegido, todos en el palacio acataron mi orden de no tocarle ni un solo pelo. —añadió, orgulloso de haberlo cuidado de tantos peligros, como sus antiguos colegas.
D'Arcy se rió por lo irónico de la situación.
—¿Por qué lo protegiste? Pudiste matarlo si se te antojaba.
Con sólo escuchar esa idea tan desalmada de su ex alumno, Lorion se levantó de su silla y fue hasta él para tomarlo del cuello de su abrigo, amenazado con darle un puño en su rostro.
—Será mejor que dejes de hacer esas ideas sobre mi, jamás le haría daño a Bright. —advirtió el mayor, con la furia a flor de piel.
El otro hizo una seña con sus manos de rendirse, así que el mago oscuro lo dejó ir, también se fue de allí para no escucharlo más, dejando su importante trabajo sin terminar.
Ya era de noche, y Bright aprovechaba el clima fresco para caminar lentamente por los senderos más iluminados del cercano bosque a la casa, junto a Diaochan.
—Nunca me llegué a imaginar que ese hombre estuviera tan vinculado a ti, ¿cómo te confirmó que fueron esposos? —preguntó la mujer de pelo rosa.
—Me mostró los anillos de bodas, también una vieja pintura de nosotros... El chico en ese cuadro, era exactamente igual a mi. —respondió Bright, con dificultad al recordar ese día junto a Lorion—, teníamos unas pocas diferencias que apenas si nos diferenciaban...
Ambos se detuvieron al mismo tiempo, Diaochan tenía la intención de hacerlo entrar en razón.
—Según lo que me has dicho... También he podido notar que le tienes aprecio. —aseguró la mujer, con una sonrisa traviesa.
Bright se puso rojo como una fresa, confirmando que él también pensaba en esa misma clase de afecto hacia Lorion.
—Seré honesta; deberías de confesarle lo que sientes, porque ya no hay un sentimiento de respeto o incluso amistad hacia él. —afirmó Diaochan.
El de pelo azul se fue de espaldas con sólo pensar en la idea de hablar con Lorion de eso. No lo negaría, acudió a la mujer a su lado por una duda con una respuesta muy simple; quería resolver el problema de sus enredados sentimientos.
—No lo sé, ya es tarde...
—Mañana le dices. —respondió con rapidez Diaochan.
—Hoy se supone que seria su último día en este mundo, tengo miedo de no tener más tiempo, pero tampoco quiero molestarlo a estas horas de la noche. —confesó Bright, su voz temblaba a gran escala.
Recordó que hoy no se lo había topado en todo el día, no pudo preguntarle cómo salieron las cosas con D'Arcy, si pudo completar la transfusión o no.
—Oh, casi lo olvido. —volvió a hablar la de pelo rosa—, mañana tengo que preguntarle a Paine la historia que tiene él con Lorion, así que me voy, no quiero despertar tarde. —aseguró, antes de despedirse cordialmente.
Ambos tomaron caminos distintos, y un dudoso Bright no dejaba que su cabeza descansara, sacando más preguntas que respuestas a todo lo que ha sucedido en esos días.
Lorion y Paine se conocen desde hace mucho, es algo que se puede notar sin gran esfuerzo, y de seguro que, de su historia se puede sacar ventaja, siendo ya viejos conocidos, o amigos, les serviría mucho a todos. También, el problema de su protector con su poco tiempo para estabilizar su magia, ¿podrá verlo mañana?
ESTÁS LEYENDO
El Destino (EN CORRECCIÓN)
RomanceEl reino de Valor quedó bajo un terrible mandato después de la derrota de Zata, el antiguo rey que mantenía la estabilidad en esa monarquía. La ambición por el control de Natalya la llevó a desatar la más horrible y sanguinaria batalla en toda la hi...