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Lorion miraba con recelo cada movimiento de Mganga. Ambos expertos de la magia negra se encontraban en un campo abierto de un bosque cualquiera, esperando con ansias presenciar el poder de Bright en su punto máximo, querían saber cual es el alcance de ese joven.

—Muéstranos tus talentos. —pidió el bufón.

Bright negó con la cabeza, sus comisuras se elevaron para crear una pequeña sonrisa que delataba las ganas que tenía de sacar todo su potencial, pero se resistía para fastidiar a Mganga, tampoco confía mucho en él, no haría una demostración frente a alguien que puede tener dobles intenciones.

Lorion lo notó, a pesar de que el muchacho se muestre seguro ante los dos, sus ojos dorados lo expresan a gritos, tiene miedo, o más bien, siente nervios de mostrar su potencial.

—Tranquilo, aquí estoy yo para protegerte. —aseguró el de piel lavanda, aunque no hizo nada con recordarle ese detalle, Bright también demuestra su desconfianza hacia él.

El joven suspiró, cansado de las caras suplicantes de los otros, lo que menos le gustaba era ver esas expresiones de borrego degollado en los demás, no le quedó más opción que empezar con la demostración de su poder.

El aturdimiento debía hacerlo con una jabalina, así que con su espada la formó, y le pareció estúpido desperdiciar un ataque de esos en un simple árbol, pero de todas formas, la lanzó, partiendo la madera en dos, y luego, todo se convirtió en un extraño polvo de color dorado que se llevó el viento en cuestión de segundos. Tanto Bright como sus acompañantes estaban sorprendidos.

—¿Puedes matar a alguien de un solo ataque? —preguntó Mganga con cierto ápice de miedo mezclado con asombro.

—No lo sé, esto nunca lo había visto antes... —respondió el chico de pelo azul, inseguro de sí mismo.

Lorion no dejaba de analizarlo de pies a cabeza, no lo hacía por lo peligroso que demostraba ser en esos momentos, si no por la hermosa cara avergonzada que tenía. Bright no lo negaría, sentía pena de mostrarse débil frente al de piel lavanda, pensaba que sus poderes no se comparaban con los de alguien que manipula todo tipo de magia a su antojo.

—¿Feliz? —le preguntó Lorion a su colega.

—No, quiero ver más, debe de tener alguna otra cosa por mostrar. —aseguró Mganga, señalando con insistencia a Bright.

El chico murmuro entre dientes algunas malas palabras en contra del bufón, lo justo era que lo dejaran en paz después de mostrarles un ataque tan importante como ese, pero a la vez, era algo muy básico que cualquiera debe manejar, esa era la razón de Mganga para querer ver más.

Bright tomó fuerzas de donde no tenía, sus energías empezaron a crecer por cada segundo que pasaba, una tormenta de luz se avecinaba, asustando a los dos seres llenos de oscuridad que lo observaban en ese momento.

Su pelo azul se transformó en uno blanco que flotaba y se movía con el ritmo del viento, su ropa también cambió a una más ligera, la cual no llevaba camisa, solo el pantalón, esto hacía un contraste seductor con el fornido pero delgado cuerpo de Bright, tal apariencia hizo que Lorion volteara la cabeza a otro lado, todo para evitar que Mganga notara sus insistentes miradas al muchacho frente a ellos.

—¿Y ahora? —cuestionó Bright, sl terminar su transformación.

Hizo una pequeña demostración de todo el poder que adquirió antes de que algunos de los dos dijera algo. Derribó más de 5 arboles con una sola llama de luz que lanzó hacia el suelo, su ataque fue sorprendente ya que nada fue calculado, el único ataque que Bright planeó era el de su movimiento especial, logrando cortar una piedra sin mucho dificultad con su espada, la fuerza que usó sin querer hizo que otras rocas gigantes se partieran pedazos, fue un espectáculo increíble.

El Destino (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora