Pasó un día entero y Aleister aún no se esforzaba por tratar de llegar a su hogar junto a Tilly, esta última solo le seguía el juego, no era tonta, sabía que algo le preocupaba al mago y no tardó en darse cuenta de que el motivo era su rápida llegada a la casa de los rebeldes.
No quiso indagar sobre ese tema, ya que tarde o temprano tendrían que llegar, y Aleister tendría que dar una explicación de lo que vivió en el palacio negro.
—No quiero sonar como un cobarde, pero tengo miedo. —soltó finalmente el mago.
—El miedo es parte de la vida, pero ¿cuál es tu motivo? —cuestionó Tilly.
—Verás... Es por mi hermana.
Ambos se detuvieron por un tiempo, mirándose a la cara, Tilly con una notable rareza en su rostro, y Aleister preocupado por haberle confesado tal cosa a ella.
—¿Qué pasa con ella? Si se puede saber, claro.
Esa respuesta no se la esperó, el mago creía que lo acusaría de traidor, pero fue todo lo contrario, lo invitó a hablar pacíficamente mientras se sentaban sobre un tronco de un árbol seco.
—Está en peligro, fue al Inframundo solo por tomar el corazón del Supremo, y ahora que lo tiene, le puede traer más malas consecuencias a ella que a los demás. —Aleister detuvo su relato por un minuto para ver la reacción de Tilly, quien seguía aún seria frente a lo que decía él—, tal vez sus nuevos poderes le afecten solamente a ella, y me preocupa que por su típica ambición termine mal... O incluso muerta.
Tilly suspiró, llamando la atención del mago, quien no tardó en ponerse más pálido que un plato.
—Si crees que te voy a ver como un traidor ahora por tu preocupación hacia tu hermana, no, estás muy equivocado.
Aquello nunca se lo esperó, incluso, ya iba preparando su garganta para no gritar tras el supuesto ataque que se esperaba tras su confesión.
—Al fin y al cabo, siguen siendo familia, solo se tienen ustedes dos, es normal preocuparse a pesar de sus malos actos. —acabó la joven su respuesta, dándole también consuelo al castaño.
Este último se abalanzó para abrazarla, demostrando así su agradecimiento a tal apoyo y confianza que le brinda ella.
—Será mejor que sigamos caminando, o llegaremos para cuando Natalya haya acabado con medio planeta. —trató de bromear Tilly con el fin de la humanidad que con la inminente muerte de aquella mujer.
Aleister se relajó un poco más al menos, aunque le siga pareciendo raro tener ese apoyo por parte de alguien que sigue el camino de la Luz, no puede quejarse, era lo único que tenía por ahora para no caer en la desesperación.
Su camino se acortó gracias a varios atajos que tomaron, aunque hubiese sido peligroso por las altas posibilidades de encontrarse con un seguidor de Natalya, necesitaban llegar pronto a la casa de los rebeldes, para unirsen en un plan de emergencia y evitar alguna tragedia de alto nivel.
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El Destino (EN CORRECCIÓN)
RomanceEl reino de Valor quedó bajo un terrible mandato después de la derrota de Zata, el antiguo rey que mantenía la estabilidad en esa monarquía. La ambición por el control de Natalya la llevó a desatar la más horrible y sanguinaria batalla en toda la hi...