Descendí por las escaleras frías de piedra causando un eco sobre el repique de los tacones de mis botas mirando a Rolan antes de ingresar al interrogatorio, pues eso era justo lo que necesitábamos para saber lo que queríamos uno del otro.
Lo nervios se apoderaron de mi estómago de inmediato tras entrar y escuchar el crujido del cierre de la puerta con la tenue luz del atardecer atravesando por la pequeña ventanilla con barrotes en lo alto del interrogatorio iluminando la sala. Esperaba encontrar un rostro conocido, aunque por fortuna no le reconocí. Se trataba de un chico poco menos de la edad de Damián. No me miró cuando me adentre, siendo que sus ojos se direccionaron a mis guardias.
—Creí que enviarían a uno de sus guardias fuertes para hacerme hablar, pero en cambio soy recibido por mi propia gente: un montón de débiles —dijo con voz vaga y sin interés cubierto de desdicha.
—Más respeto para tu reina —gruñó Rolan, provocando que el muchacho
prestara atención a mi atuendo y porte, el cual no eran exactamente lo que esperaría de una regente, contemplando que deje muy atrás mis vestidos habituales para usar un par de pantalones y chaqueta caqui y camisa blanca.—Así que es cierto. Una seguidora nos gobierna —intenté ignorar lo dicho por su boca, pues una parte de mí no le gustaba ser llamada de esa forma, sin embargo, tampoco me sentía una fuerte. Era un sentimiento un tanto inexplicable.
—Solo te haré dos preguntas, pero antes déjame saber tu nombre.
Se mostró un poco renuente al principio, pero no poseía muchas opciones.
—Vitoreto Yan —algo en mi pecho se profundizo porque ese nombre había pasado por mis oídos antes un par de días atrás.
Pudiera que no existiera razón algún para recordarlo, pero me mente lo hacía. Quise girar para vislumbrar a Rolan, pero me contuve, siendo que ese era el niño que él dijo con quién jugaba. Era lógico de hecho. Estábamos a un poblado del sitio donde nació Ron y ese chico no se separó de su lugar natal.
Intenté recomponer mi postura.
—¿Te hicieron daño en tu arresto?
—Bueno, cuando uno se opone a él es lógico que lo hagan, mi reina —su respuesta con el tono de voz no era el que esperaba.
No se encontraba bajo ningún tipo de hipnotización o encanto. Me enojé conmigo misma hasta que recordé que tal habilidad no me pertenecía. Había pasado por tantos interrogatorios la última semana que me convencí de que era la reina controladora de mentes, sin embargo, tras recapacitar ofrecí una vuelta a la habitación para tener de frente a Ron aposado en una esquina y recordarle lo que debía hacer. Él regresó en sí para cuando la siguiente pregunta surgió.
—¿Alguna vez has participado en un acto rebelde?
—Si —confesó mirándome fijamente de forma que supe que era la verdad. Permanecí callada por un breve tiempo. Ninguno de los presuntos rebeldes habían confesado tal cosa y claro, el primero tenía que ser un ciudadano conocido por Rolan.
¿Qué seguía ahora?
—Y dime, qué fue lo que hiciste para ellos.
—Transporté sus embarques de contrabando de Juko a Los Olivos —eso no sonaba tan malo, aunque de todos modos no debió hacerlo, así que hice una pregunta personal.
—¿Lo hiciste para Ichigo?
Para mi pesar dijo que no, pero obtuve como respuesta el apodo de su intermediario: Sombra. Nunca había escuchado nada de él, pero su voz se estremeció cuando lo pronuncio, por lo que debí asumir que era peligroso.
ESTÁS LEYENDO
I. EN LOS OJOS DE LA REINA ♕
Fantasia👑"Todos mienten, y nadie es la excepción"👑 Fantasía/Romance/Aventura La tercera era humana llegó al mundo y con él, un imperio que condena al resto que no son como ellos (seres dotados de una extraordinaria fuerza y mirada carmesí). Sin embargo...