La doctora Mirna vendaba de nuevo mi herida ligeramente abierta del hombro. No realizó ninguna pregunta acerca de cómo paso aquello lo cual agradecí. Ella estuvo prácticamente en toda mi vida durante mis malestares debido a mi anomalía, por lo que considerarla de ahora en adelante en todos mis viajes se planteó.
Seguido a ello me dirigí en busca de Rolan encontrándolo con los aprendices de Mirna quienes le curaban el vendaje y que con una sutil sonrisa, les hice marchar para acercarme a la cama de la enfermería donde yacía sentado.
—Recuerdas la primera vez que conversamos —le cuestioné.
—Tú lo hiciste primero de hecho. Yo debo admitir que quedé impactado por tus brillantes ojos azules.
—Descuida, todos lo hacen —sonreímos con levedad para después suspirar.
—Éramos tan solo unos niños —tomé asiento a un costado suyo—. Puedes creer que haya pasado tanto tiempo ya. Que hayan cambiado tanto nuestras vidas.
—Que nos hayan herido en el mismo sitio —bromeó y sonreí ante ello.
—Hace casi 10 ciclos que te vi cruzar las puertas de este palacio y nunca me di a la tarea de averiguar algo más del niño con el que solía platicaba por horas como he sabido de ti en estos últimos meses y me disculpo —Rolan permaneció pensativo buscando que decir hasta que tomó la palabra.
—Te propongo un trato —mi rostro se giró para mirarlo tratando de decir ¿cuál?—. De ahora en adelante nos diremos la verdad, pero si no podemos hacerlo entonces tampoco debemos mentir, de acuerdo.
—Me parece justo -acepté el trato—. Y ya que hablas de sinceridad: me dirás que significa implantar una idea.
—Eres una reina muy lista, pero eso ya lo sabes. Has usado todo esto para sacarme información o me equivoco. Pero quien dice que necesitas de mí para conseguir la verdad —exclamó dejando que su hombro empujará un tanto el mío, siendo amable y dulce con cada palabra pronunciada—. Digamos que lo que yo llamo implantar una idea es lo que le hago a cada una de las personas para que crean que aquellas ordenes que llevan a cabo es debido a ti. Debo ir más allá del ordenamiento simple para que piensen que aquellos susurros son tuyos y no míos. Ellos escuchan tu voz, tu orden y están realmente seguros de que tú lo haces y no yo. Es como usar doblemente mi encanto. Más cansado y difícil de mantenerlo estable.
—Y lo que le hiciste a ese rebelde... ¿dolió?
—No para mí al menos.
—Realmente tú accediste a su mente y recuerdos, verdad —tardó un segundo en contestarme considerando lo preguntado.
—Si, vi los recuerdos que quería ver, pero para eso debo mirarlo fijamente. Al igual cuando hipnotizo, debo observar el blanco. Tenerlo lo más cerca ayuda mucho también sí es que quiero una buena intensidad sino, lo único que conseguiré será hacer cosquillas en su mente.
—Son muchas las cosas que puedes hacer —exclamé sorprendida mirando mis pies balancearse en la cama.
—Me llevó mucho tiempo aprenderlo y dominarlo por igual.
—Supongo que no ha sido fácil.
—Sigue sin serlo.
Entonces me decidí a mirar sus ojos en busca de alguna anomalía que explicará su condición, pero no noté nada. Él no provenía de descendencia fuerte. Sus ojos eran totalmente grises. Nada rojo como los chicos de Gerardo que pudiera explicar su habilidad.
—¿Crees que haya más como tú?
—Es muy probable, pero deben estar escondidos. Solo esperemos porque nadie más los encuentre, reclute o usen de arma.
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I. EN LOS OJOS DE LA REINA ♕
Fantasía👑"Todos mienten, y nadie es la excepción"👑 Fantasía/Romance/Aventura La tercera era humana llegó al mundo y con él, un imperio que condena al resto que no son como ellos (seres dotados de una extraordinaria fuerza y mirada carmesí). Sin embargo...