92: Día libre

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-Pero, ¿qué?- Ylenia murmura al ver a la chica desnuda en su sofá -, ¿qué cojones?- mira a Fred, que estaba vuelto casi de espaldas para no mirar a la chica. Seguida, mira a su padre, que estaba mirando al techo mientras daba unos pasos atrás, intentando salir al jardín.

-Eh..- la morena intenta hablar, pero no sabe qué decir. Tapada con una sábana, algo avergonzada.

-Pansy, ¿qué cojones haces aquí?- pregunta con incredulidad -, ¿¡desnuda!?

-Yo...

-Aquí le traigo un whisky a mi...

Cuando está por contestar, una voz masculina y familiar la interrumpe.

Edward acababa de entrar, con dos vasos en la mano y sin nada de ropa.

-Mierda- tira los vasos al suelo por la impresión y alza las cejas con sorpresa.

-¡Tápate, guarro!- grita su hermana. El castaño tapa sus partes con ambas manos, y se acerca sutilmente para agarrar un cojín y sustituir sus manos por eso -. Me cago en la hostia, Edward.

-Yo...- traga con dificultad y ríe con nerviosismo.

-¡Te dije que no!

-Ya, es que...

-Es que nada- lo interrumpe -. ¡Encima con mi amiga!- replica, gritando por su enfado - ¿Cómo coño has entrado?- pregunta y su hermano mira por su segundo a su cuñado ahí presente. Ylenia se percata de las miradas cómplices de arrepentimiento -. Oh, claro que sí- ríe desconcertada -, los dos compinches- mira a su prometido -. Fred, joder.

-Nena..- el pelirrojo deja las cajas en el suelo, y se acerca a ella pero esta le aparta la mirada.

-Limpia cuando te vayas- le dice a su hermano con molestia antes de marcharse por dónde ha entrado.

Se hace un silencio algo incómodo que se gana varios suspiros.

-Bueno, al menos si habéis traído las cosas- habla Remus.

Fred lo mira, negando con la cabeza, intentando reírse por la broma de su suegro. Pero se va antes de que alguien pueda decir algo más.

Decide dejarle su espacio durante unos largos minutos mientras habla con su suegro de lo había pasado. Remus se llevaba mofando de la situación un buen rato, pero Fred por dentro estaba angustiado.

-¿Tú crees que estará muy enfadada?- le pregunta al castaño.

Él sacude la cabeza.
-No creo. No es para tanto.. pero ella por algo le ha dicho que no, ¿sabes? El problema es ese, que ella no quería por alguna razón, y pues tú... lo has hecho sin consultar si quiera- dice con sinceridad -. Verás, que no digo que sea tu culpa. Ed no tendría que haberte pedido el favor si su hermana ya le había dicho que no. Sólo digo lo que creo que ella piensa.

El pelirrojo asiente.
-Creo que ya voy a subir- se levanta, estirando sus brazos -. A ver cómo está el ambiente... Hasta mañana, suegro.

-Hasta mañana, comadreja.

El menor se va soltando una risa por el mote de su suegro, subiendo la escalera con agilidad para poder llegar más rápido a su destino.

Abre la puerta de la habitación y ve a la chica de pie, destapando las sábanas de la cama y con el pijama de encaje lila ya puesto.

Ella gira la cara para verlo, pero no dura más de un segundo, pues le aparta la mirada para seguir destapando los grandes edredones de invierno puesto que ya hacía bastante frío.

Fred tose y cierra la puerta antes de adentrarse en la habitación. Sin decir una palabra, se pone el pijama frente a ella, que ahora está amoldando los cojines, aún de pie.

Perfidia || FW || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora