NA: Este capítulo especial estará narrado mitad por Ylenia, así podremos ver otro punto de vista a parte del narrador omnisciente. Espero que lo disfruten. El tercer capítulo especial estará narrado por Fred.
23 Diciembre 2016
Ylenia.
—Para— le digo ensanchando más mi sonrisa. No quiero que pare, pero cómo sigamos así vamos a llegar tarde —. Fred, para.
—Sólo un rato más— me pide, bajando su mano hasta uno de mis pechos desnudos —. Dios, es que me vuelves loco, ángel— y no me resisto más porque no quiero hacerlo, y porque es un caso perdido intentar zafarse de Fred cuando está poniéndome cachonda, que lo hace cada dos por tres —. Tendría tus tetas en mi boca todo el día y toda la noche— dice, bajando sus labios hasta el lugar para lamer y morder mis pechos —. De hecho, creo que mi boca está hecha para eso... para tus tetas— dice y suelto una risa.
—Tú no cambias, ¿eh?— digo logrando zafarme de sus lamidas para levantarme perezosamente de la cama, con sólo unas bragas.
—Puf, y tú sigues estando tan buena cómo siempre— halaga sacándome otra sonrisa —. Vuelve aquí, anda...
—No— y aunque quiero, es tarde —. Lily seguro que está despierta, y se nos va a hacer tarde... Tenemos que recoger a...
—Lo sé— me interrumpe, tumbándose de lleno en la cama, soltando un suspiro agotador, cómo si estuviera cansado cuando acaba de despertarse...
—Levántate, anda.
—¿Vas a hacer de desayunar?
—Te toca a ti.
—Es verdad— y vuelve a resoplar.
—Hoy estás perezoso, ¿no?
—Un poco... estoy cansado, ya sabes que la época de Navidad en la tienda es una completa locura. Y ahora que Verity está de baja por maternidad, tenemos que arreglárnoslas George y yo solos...
—¿Porqué no contratáis a alguien? Al menos hasta que Verity vuelva— sugiero colocándome mi pijama de seda.
—No sé, para lo que queda de Navidad, ya esperaremos a que se calme la cosa y que todo vuelva a la normalidad.
—Como quieras— me rindo, porque también son unos tacaños y en vez de contratar a alguien más prefieres quedarse ese dinero para ellos, que lo entiendo, pero al final de día acaban molidos.
—Bueno, voy a preparar el desayuno— dice incorporándose, pero me acerco antes de que se levante de la cama.
—No te preocupes, yo lo hago— digo inclinándome para dejar un beso cariñoso sobre sus labios. Mis labios.
—Vale— acepta bostezando. Y pobre, porque ayer volvió súper tarde y ahora tenemos que ir a recoger a los mellizos del andén.
Me inclino para dejar otro beso cariñoso en sus labios, pero el toque en la puerta me despista.
—Pasa— digo alzando la voz para que entre Lily, porque es ella, no hay nadie más en esta casa en este momento. La puerta se abre poco a poco hasta dejar ver a mi pequeña ricitos —. Hola, cariño.
—Hola, mami— dice entrando a la habitación con una sonrisa. Y si el día había empezado bien, ahora había mejorado —. ¿Se os han pegado las sábanas o qué?— dice imitando el tono burlón de su padre y yo me echo a reír. Fred nos mira con diversión mientras ella se acerca y deja un beso en la mejilla de su madre —. Buenos días, papi.
—Buenos días, renacuaja— dice sentándola en una de sus piernas —. ¿Tienes hambre?
—¡Mucha! Estaba esperando a que os levantarais...
—Perdona— dice Fred, sonriendo —. Es que tu madre me ha entretenido— y me lanza una sonrisa cómplice que me hace rodar los ojos con una sonrisa.
—Anda, vamos a desayunar ya— digo acercándome a la puerta —. Que en un rato tenemos que recoger a Georgia y JJ.
—Sí. Hazle caso a mamá, anda— murmura Fred y Lily enseguida se levanta, yéndose de la habitación. Y me encanta el vínculo y la complicidad que tiene Lily con su padre, y cada vez estoy más convencida de que tengo la vida que siempre he deseado tener. Con él.
—¿Qué te apetece desayunar?
—A ti— murmura levantándose.
—Eso tendrá que ser luego— digo dándole un leve empujón cuando se me acerca. Y me encanta mandarlo a pasear de esta forma porque sé que a él también le gusta. Un vacileo matutino, que sigue en vigor después de tantos años —. ¿Tortitas o tostadas?
—Tortitas— dice, revolviéndose ese pelo pelirrojo alborotado y brillante. Y no sé como la hace que cada día está mas guapo, más bueno y más sexi. Es cómo el vino —. Pero yo las hago, me toca a mi.
—Da igual, no me importa.
—No, yo las hago. Tú ve a arreglarte mientras. yo hago el desayuno, que eres una tardona.
—Eso es mentira— me quejo, cruzándome de brazos mientras él se acerca dedicándome una de esas sonrisas juguetonas, esas que me encantan.
—Lo que tú digas— dice con diversión y suelto un bufido —. Empieza a arreglarte, bombón mío— insiste dejándome un golpe en el trasero antes de irse de la habitación. Su manía con tocarme el culo, y lo mucho que a mi me encanta que lo siga haciendo después de tantos años.
Cuando mis amigas casadas me dicen que ya nada es lo mismo después de estar años casados y que la relación con sus maridos va mal, me siento súper afortunada porque es de las pocas cosas que siguen en vigor en mi vida y que nunca se ha estropeado, la relación que tengo con Fred. Y me alegra saber, que aunque tenemos una rutina no hemos caído en ella y siempre logramos hacer algo nuevo que nos saque de la monotonía, y los dos nos empeñamos mucho, será por lo mucho que nos queremos y por lo mucho que nos conocemos el uno al otro. Sabemos cuándo tenemos que parar una discusión, cuando terminarla con sexo, cuando es el momento para hablar y cuándo no, y es una cosa que me encanta. Y no creas que no tenemos peleas, tenemos varias, pero sabemos hablar las cosas, comunicarnos y buscar una solución beneficiosa para los dos. Y ojalá mis amigas tuvieran esta complicidad y esta comunicación que tengo yo con mi marido, porque no hay cosa más satisfactoria que saber que pase lo que pase vais a saber arreglarlo.
Me he dado una ducha rápida y ya me he vestido, así que voy a hacerle el relevo a Fred y me quedaré a ayudar a Lily a prepararse mientras él también se arregla... y a ver que ha hecho para desayunar.
—Hola— digo cuando entro en la cocina y veo cómo Lily y Fred dejan de murmurar.
—Hola— dice Lily.
—¿De qué habláis?— me intereso, porque que raro que entre y de repente dejen de hablar.
—De la Navidad— dice Fred mientras yo me acerco y le dejo un beso en la mejilla —. Ya te he hecho té— dice cuando ve mis intenciones de agarrar las boslas de té.
—Gracias, guapo.
—Le estaba diciendo a Lily que esta noche vieja la pasamos con el lelo Remus y el tío Ed.
—Ah, ¿sí?— y le dedico una mirada con confusión, porque se suponía que íbamos a cenar con los Weasley en la víspera de año nuevo, y con mi familia el día de Noche Buena, así que estoy confundida. Y te preguntarás porqué no la pasamos todos juntos como antes, y es porque ha habido riñas familiares por medio. Mi padre y Molly están... ¿peleados? No sé muy bien cómo describir su relación actual, pero no pueden ni verse.
—Sí— dice sin más, sentándose en el taburete de la isla de la cocina con su taza de café en mano.
—Lily, ¿Has terminado de desayunar?— le pregunto y asiente—. Bien, ¿porqué no vas a bañarte? Se nos hará tarde.
—Vale— dice sin rechistar levantándose. Y lo traviesa que ha sido Georgia de pequeña y lo buenecita que es Lily. Se nota a quién se parece cada una..
—¿Y eso?— le pregunto a Fred una vez nos quedamos solos —. Creía que cenábamos con tus padres.
—No— y suena cómo antes, desentendido.
—¿Por?
—Porque los bichos estarán mejor con Remus y Ed, y Marlene, y los demás que vienen.
—Y se lo pasarán mejor con sus primos— contraataco.
—Pues les decimos que vengan.
—¿Y tus padres?
—Pues no sé.
—No querrán que cenen solos, ¿no?— pregunto y hace silencio, bebiendo de su taza de café dónde pone Superpapá. Y lo es —. Fred...
—No quiero pasar la víspera de año nuevo con mi madre, y está claro que Georgia tampoco quiere.
—Fred, ya lo habíamos hablado.
—Pues he cambiado de opinión— dice y me acerco para colocarme tras él y masajearle los hombros.
—JJ y Lily se lo pasarán bien con sus primos, y Georgia también, aunque tenga que soportar a su abuela.
—No.
—Fred, por favor.
—No quiero que pases esa noche sin tu padre y tu hermano, y sé que Remus no va a venir.
—No pasa nada— digo inclinándome para dejar un beso en su hombro, y otro, y otro —. Estaré bien.
—Es la primera Navidad que pasa esto, y no me gusta nada, ¿vale? Además, Remus es mejor compañía para los bichos de la que lo es mi madre.
—No digas eso, Freddie. Hablas de tu madre cómo si fuese un ogro, y te estás pasando. Lo mejor sería que cenaramos todos juntos, cómo antes— y ojalá pudiera ser así porque no quiero estar lejos de mi padre y a la misma vez quiero que mis hijos se lo pasen bien con sus primos y sus tíos, cómo todos los años anteriores —. Quizá pueda intentar convencer a mi padre para que venga...
—Ya te dijo que no.
—¿Y si hacemos la cena aquí?— sugiero y parece que le ha gustado la idea, porque se ha girado por completo para mirarme.
—¿Qué?
—Sí, cómo el año que la hicimos aquí... podemos volver a hacerla, así ninguno tiene excusa para no venir.
—Parece... parece buena idea. ¿Crees que aceptarán?
—Por supuesto— y aunque no estoy muy segura, quiero que esté tranquilo y que no piense más en dónde vamos a pasar esa noche —. Ya hablaré con mi padre luego, a ver qué opina.
—Vale...— dice tirando de mi cadera hasta dejarme sentada a horcajadas en una de sus piernas —... Por cierto, estás guapísima— dice dejando un beso en el escote de mi blusa.
—Gracias, y tú deberías de ir a arreglarte.
—¿Ahora? ¿Con el bombón que tengo sentado sobre mi muslo? Tu flipas— dice y suelto una carcajada —. Madre mía, Ylenia, estos vaqueros te hacen un pedazo de culo, joder— murmura apretándolo mientras yo sigo riendo. Porque por mucho que pasen los años, no cambia. Y ya te lo he dicho, me encanta.
—Deja de tocarme el culo, y ve a vestirte— cómo siempre lo rehuyo, aunque no quiera que se vaya. Pero es que de verdad, hoy sí que tenemos prisa y cómo no empiece a arreglarse ya vamos a ir con el tiempo en el culo.
—Justo hace veinte años estábamos yéndonos de Hogwarts, sin saber que esa Navidad cambiaría toda nuestra vida— dice ignorando mi comentario, sonriendo.
—Joder, veinte años— digo soltando una risa —. Llevamos juntos veinte años, es de locos, ¿eh?
—Y los muchos que nos quedan, ángel— dice, acercándose para dejar un beso en mis labios, con ese sabor a dulce y café —. Sabía que serías mía.
—¿Disculpa?— digo con aires de ofendida, aunque estoy de todo menos eso. Pero me encanta ver su sonrisa cuando cree que me he picado por algo que ha dicho, y sé que a él le encanta picarme.
—Pues eso. Sabía que lo conseguiría, que serías para mi. Y cuando te besé, joder... cuando te besé dije; Ya esta, mi camino en el mercado ha terminado. Y así fue.
Y no sé como logra sacarme una sonrisa cómo la que tengo ahora todos los días, ya se halagándome, diciéndome guarrerías, teniendo detallitos o diciéndome cosas como estas, tan bonitas.
—Yo creo que cuando me besaste sólo pensaste en follar conmigo— digo entre risas y él se una a las mías.
—La verdad es que sí, pero después sí que pensé eso... Y en que eras una fiera en la cama.
—Lo sigo siendo.
—Ahora eres mucho mejor, cariño. Eres la reina del sexo.
—Gracias por el halago.
—Y creo que acabo de ponerme cachondo al recordar nuestra primera vez... en la ducha de la Madriguera... Joder...
—Cállate, guarro. Ve a arreglarte yaaaaa.
—Que síiiiiii, que ya voy.
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Perfidia || FW || +18
FanficCONTINUACIÓN DE "A escondidas" ; Después del desengaño de Fred, Ylenia decae. Tendrá que llevar su vida adelante, pero ¿estará él de por medio para impedir que lo olvide? FRED WEASLEY X OC FEMALE. ; Todas mis historias contienen smut, sexo explicit...