Capitulo 33: Secreto (2)

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Un dragón, enserio que no se esperaba eso.

Sus sospechas sobre que Hiccup pasaba tiempo con alguien en las tardes eran ciertas, pero no pensaba que se tratase de una bestia como esa. Pues pensaba que a lo mucho se limitaba a ser algún náufrago que llegó y se ocultaba de ser fichado como un espía o invasor. Al final si tenía razón ya que el visitante definitivamente no era de esa isla y ahora ni siquiera era de su especie.

La herida de la chica ardía por aquel corte accidental que tuvo, la sensación de que su sangre la cuál estaba caliente y bajaba por su pierna contrastaba con la fría brisa del bosque. Jadeando por el cansancio Astrid seguia corriendo a la par que cojeaba, solo seguía su rumbo sin detenerse a este paso ya estaba sin duda perdida, nunca había estado en ese lugar del bosque, pues era mucho más espeso que antes.

La perdida de sangre comenzaba a ser un problema pues la vikinga estaba mareada, cada segundo se debilitaba más, aunque ahora reaccionando pensó nuevamente ya que había superado el shock de aquella revelación, lo primero que hizo fue usar su cinturón arriba de su herida, ajustando el mismo para ralentizar el sangrado.

Sin nada más que hacer se recostó contra un árbol, el mismo por su gran follaje no terminaba dejando que la luz del ocaso entrara a esa parte del bosque, pero esto le había permitido a la chica tomar aliento nuevamente. Ahí fue cuando escucho el crujir de las ramas cerca de ella.

Su mente presa del pánico se preparó para lo peor, imaginaba como aquella criatura le había seguido y terminaría el trabajo, incluso pensaba como Hiccup venía cabalgando a aquel demonio para que nadie supiera nunca sobre ellos dos. Por primera vez su fachada de chica fuerte caía ya que en su momento más débil toda persona acaba así.

Ahí fue cuando lo vio, de entre las malezas una figura familiar apareció, se trataba de Hiccup, este traía en su espalda el hacha de la muchacha, amarrada de manera brusca para poder transportar la misma. Viendo aquello la chica se lanzó contra el con todo lo que pudo, tirando al joven que acabo en el suelo, dónde logró rasguñarle un poco la cara.

— ¡Astrid basta!

Gritó el chico que instintivamente estaba cubriendo sus ojos de aquel ataque, esto debido a que no quería lastimar aún más a la chica, de hecho quería ayudarla.

— ¡Maldito hijo de troll, gusano, cara de rata!

El enojo en la voz de la rubia estaba justificado pues Hiccup había traicionado un poco su confianza al no decir la verdad, aunque más que odio podía sentir la desesperación en su voz. Decidido el castaño tomo las manos de la chica para detenerla, la misma seguía luchando cuánto podía para safarse pero el agarré del chico era mas fuerte.

— ¡Sueltame! M-maldito... T-traidor...

Seguia hablando cada vez con menos fuerza la vikinga, tanto esfuerzo y su herida ya le estaban cobrando tributo pues ya comenzaba a perder el conocimiento, ahí fue cuando notó como Hiccup con delicadeza la levanto y recostó contra el árbol otra vez.

Fue ahí cuando se rindió y dejo que el otro hiciera lo que debía de hacer, posiblemente la dejaría morir o si era más sanguinario le cortaría la cabeza con su propia hacha, cosa que sería irónica pues los vikingos amaban tanto sus armas que era impensable que la misma acabará con su vida.

No obstante aquello no sucedió, ya que vio que Hiccup soltó el hacha para dejar la misma en el suelo, sacando de su chaleco un manojo de varias vendas, y una pequeña cantimplora. Usando la segunda tiro el agua sobre la cortada de la chica para limpiarla ya que de tanto correr y rodar la misma estaba llena de tierra. Aquello le ardió como el demonio pero Astrid se mantuvo firme ante aquel dolor, ya que no dejaba de estar observando a Hiccup.

Susurros NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora