Capítulo 6: Magia

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Un nuevo día comenzaba en aquel claro dentro del bosque, no había mucha diferencia con otros días, el sol atravesaba las hojas de aquellos árboles que cubrían el lugar mientras no había mucha actividad de los pájaros que cantaban cada mañana, la niebla de la costa igualmente no llegaba a ese lugar pacífico olvidado.

En aquel lugar bajo un árbol entre arbustos se encontraba un joven al que los rayos de luz solar comenzaba a tocar y molestar en sus ojos entre las hojas de aquellas plantas que le cubrieron durante la noche.

Aquel muchacho de piel con una tez oscura y cabello semi largo color negro azabache abría sus particulares ojos verdes con pupilas de demonio, su apariencia aunque humana tenía igualmente vestigios de su ser original, una cola negra se notaba junto a sus alas que aún se veían y podían ser casi del tamaño de su cuerpo, manteniendo una con aquella forma irregular en la misma, estás  el mismo al levantarse se notaba aún aturdido hasta que reaccionó -

– ¿Qué sucedió? –

Pensó aquel chico mientras se incorporaba en forma cuadrúpeda para ir al lago donde tomaba agua, realizó aquello sin problema hasta ver su reflejo en el lago que actuó como un claro espejo revelando su cambio el cual resultó en aquel muchacho retrocediendo de forma torpe.

- No otra vez -

Dijo en voz alta mientras se tocaba la cabeza de forma brusca, pensando en el error que había cometido al cometer una metamorfosis involuntaria. Esto no duró mucho pues al verse bien nuevamente noto que poseía una extraña prenda con un dulce aroma en sus piernas, el cuál le distrajo un poco pues no sabía que era pero nuevamente a sus pensamientos volvía algo raro, un aroma, dulce y reconfortante rodeado de una esencia extrañamente familiar junto a una silueta borrosa de alguien con ojos verdes como él, aunque fue interrumpido por un crujir de una rama en el claro.

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(Flashback a la tarde anterior con Hiccup)

¿Alucinaba?, ¿Era un efecto del desgaste por el entrenamiento de Gobber?, ¿Había muerto y ese era un demonio que le llevaría a los pozos del averno?.

Los pensamientos de miedo del joven se vieron mermados al ver como aquella criatura que antes era un temible dragón se desplomaba contra el suelo, pero eso no era el fin de sus miedos, ahora estos incrementados miedos se veían disipados por pena pues el otro no tenía ropa encima y al desmayarse se podía observar su trasero, lo cual puso incómodo a Hiccup.

— Ay dioses... —

Dijo mientras pensaba nuevamente en que hacer por unos minutos, hasta que se decidió, pues primero el chico se retiró su chaleco de piel y se acercó temeroso al chico/dragon/demonio frente a el mientras con cuidado improvisaba un poco de ropa para cubrir los atributos del otro.

Una vez finalizo se notaba que estaba sonrojado pero el ignoro esto pues que aquel atardecer se vio nublado por otra noche lluviosa que estaba a punto de comenzar, lo que le hizo llevar al chico dragon bajo un árbol para mantenerlo seco, cosa que fue sin duda difícil pues el otro medía casi el doble que él.

Una vez logro aquella titánica azaña salió de los arbustos donde escondió a la criatura y se dejó caer de espaldas en el suelo cansado pensando el porque le pasaba esto a él mientras un zumbido molestaba su oído nuevamente, se quedó ahí durante un rato hasta que comenzó a sentir gotas sobre su pecoso rostro lo cual le hizo levantarse y tomar la decisión de volver a casa, aunque un pensamiento invasivo le hacía pensar en ir con la única persona que sabría que sucedía.
La anciana Gothi.

El camino rumbo a su montaña fue largo, el joven ya estaba empapado y su camiseta de tela verde parecía una red de pesca por la lluvia mientras su cabello alborotado ya era lacio por el agua, sentía frío y miedo de algún ataque de alguna criatura de la noche de los relatos que le contaban cuando niño por la paranoia, hasta que encontró lo que buscaba, una cabaña en uno de las montañas de la aldea donde se veía algo de humo de una posible chimenea, el chico no dudo en tocar la puerta por respeto y esperar.

Susurros NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora