New neighbors.

164 31 14
                                    

A I D A N

Eran las 20:28 aproximadamente, y estuve caminando por toda la urbanización viendo cada rincón de esta y memorizarlo para no perderme.

Estaba atentamente pasando por los caminos de flores, hasta que me encuentro con el edificio 5, en dónde se supone que se escucha esa hermosa melodía que nunca me lo pude quitar de la cabeza. Estaba viendo el edificio y como había dicho Sophia, efectivamente todos los edificios de la urbanización tenían siete pisos.

Estaba mirando y todas sus ventanas, cuando de repente escuché que alguien había abierto la puerta del edificio. Pude divisar a una chica, estatura promedio, ojos _____, peli_____, un lindo estilo, una guitarra y una mochila en cada hombro. Me quedé fijamente viéndola, desde que salía del edificio hasta que se iba por los bellos caminos de flores, alejándose poco a poco dejándola de ver entre estos.

-Woow-, fue lo único que me dije a mis adentros mientras veía el gran estilo que tenía, sí que era linda, pero respeto a Sophia y nunca le haría como serle infiel o algo por el estilo. ¿Cierto?

Sin más que seguir viendo me dirigí a mi edificio asignado, ya estaba cansado con todo sobre la mudanza y tenía que descansar, a parte que mañana ya sería otro día para sacar las últimas cosas de la casa de mis padres a mi apartamento, además, mamá quiere conocerlo, así que ¿por qué no?

Mañana tendría un día agitado, vendría mejor un descanso.

Al llegar a mi apartamento me recosté en el sofá que portaba en la sala. Por alguna extraña razón solo pensaba en aquella chica que salió del famoso edificio, pero también pensé en la niña llamada “Peluchín” de la tienda; ellas dos tenían los ojos totalmente iguales e igual que la forma de sus rostros, hasta creo que las pude comparar en mi propia mente y comencé hacer miles de teorías conspirativas que tal vez puede que no vaya a pasar. Poco a poco me fuí desviando del tema hasta tener varias crisis existenciales, hasta quedarme en un profundo sueño que sin duda disfrutaría.

(...)

Los rayos de sol estampaban contra mi cara directamente, traté de darle la espalda pero cuando estaba por hacer la acción me caí del sofá pegando mi espalda contra el duro suelo sin alfombra.

-Tienes que comparar una alfombra, los dos sabemos perfectamente que esta no va a ser la única vez que te caerás-, habló mi conciencia y yo sin más me dí la razón.

“Al parecer el universo quiere que me levante de una vez.“

Me levanté adolorido del suelo hasta sentarme en el sofá, agarré mi celular y al ver que eran las 11:10 de la mañana decidí levantarme y hacer mi aseo personal.

Cuando terminé, me preparé un poco de café mientras oía los pajaritos, veía el resplandeciente sol con el cielo azúl y sus nubes blancas. Sería un buen día.

El momento fue interrumpido por una llamada, papá.

-- Hola.

-- Hola Aidan, ¿cómo estás?

-- Pues tienen que venir a ver el apartamento, es fabuloso. -- sonreí.

-- Creeme que ya vamos en camino con tus últimas cosas. -- rió y me sorprendí.

-- ¿Con mis últimas cosas? ¿No que el camión se iba a encargar? -- pregunté extrañado.

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐡𝐢𝐬𝐭𝐥𝐞𝐬. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora