What is in the photo?

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A I D A N

Nuevo día, lunes, inicio de la semana y el día que a veces amo como también odio.

Extrañamente me levanté del sofá y fui a cepillarme los dientes con mucha energía.

-- ¿Por qué con tantas energías un lunes en la mañana? -- preguntó Joel quién estaba entre las sábanas de mi cama.

-- Es mi cama, así que hoy dormiré ahí. -- fui a mi clóset a ponerme ropa de ejercicio.

-- Claro, lo que quieras. -- volví a escuchar sus molestos ronquidos.

-- Los residuos de pizza los dejaste en la cocina, limpiala antes de que mis padres lleguen. -- avisé y sin más salí de mi habitación con gritos de él atrás de mí.

-- ¡¿Tus padres?! ¡¿Dónde, cuando y cómo?! ¡¿Por qué no me avisaste antes?! ¡Gallagher! -- fue lo último que alcancé a escuchar antes de cerrar la puerta del apartamento y seguir con mi camino bajando las escaleras.

Lo que siempre funciona cuando Joel es desordenado es decirle que vienen mis padres y él limpiará rápidamente para que todo esté impecable, aunque sé que me llevaré dos, o tal vez tres regaños, pero por lo menos el apartamento estará limpio.

Puse la alarma a las once de la mañana para que me avisara a qué hora debía de dejar de correr y subir.

-- Bien, si son las nueve y diecisiete, tendré que terminar a las diez y diecisiete... ¿No? -- pensé en voz alta, hasta que alguien interrumpió.

-- Al parecer vas hacer ejercicio. -- la abuela Flor.

-- Oh, hola señora, no me había dado cuenta que estaba cerca. -- sonreí y la saludé.

-- No te preocupes, siempre vengo en la mañana para poder regar las plantas del camino. Sigue con tus asuntos, tranquilo. -- dijo amablemente, le dediqué una sonrisa y empecé a trotar por el vecindario viendo los autos pasar, las personas haciendo lo mismo que yo y otras dirigiéndose al trabajo.

Se veía un lugar tranquilo, y si que lo era.

(...)

_________.

-- Llego tarde, llego tarde, llego tarde. -- decía mientras corría por los pasillos de las universidades.

Ya iba cuarenta y cinco minutos tarde, no podía perder más tiempo. El camino a casa eran casi quince minutos, pero si iba a la escuela de Sasha como también iría tarde, era demasiado posible que el tiempo no me iba a alcanzar para la prueba de cámara.

Genial.

Al llegar al salón, me pude encontrar con Luis, mirándome con una cara seria y los demás asustados por como apareció tan repentinamente por las puertas del salón.

-- _______...

-- ¡Sé que llego tarde, pero por favor no me baje puntos! -- pedí inmediatamente al escuchar mi nombre entre sus labios.

-- Tú y yo tenemos que hablar, Garret. -- me fulminó con la mirada. -- Ve a tu puesto, ahora te doy la cámara. -- habló serio y yo sin más me dirigí a mi puesto con la mirada en el suelo.

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐡𝐢𝐬𝐭𝐥𝐞𝐬. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora