A nice sad wish.

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Después de cada felicitación por parte de mis padres, subir con las últimas cosas a mi apartamento, ya estuvimos sentados en la sala de este cansados.

-- Sé que había elevador, pero aún así fue cansado subir las escaleras más de cuatro veces. -- habló mi papá y yo le dí la razón.

-- Voy a preparar una pasta con... -- la interrumpí.

-- Malas noticias, mamá. -- ella me volteó a ver confundida y molesta. Ya sabía el porqué. -- ¿Cómo te digo discretamente que no compré nada de comida ayer? -- sonreí inocente esperando que no se enojara.

-- Fue la forma más discreta que me lo pudiste decir, Aidan. -- entrecerró sus ojos fulminandome con la mirada.

-- Bien, tranquilos, podemos ir a un lugar, comer y...

-- ¡Pero Aidan necesita comida en su casa! -- mamá lo interrumpió.

-- Mamá, tranquila ¿si? Soy todo un hombre y puedo pagar mis propias cosas. -- traté de tranquilizarla.

-- Claro, todo un hombre, ni siquiera tienes comida. -- me enseñó las gavetas las cuales no tenían ni una sola pizca de empaque de comida. -- Y mira todo el desastre que tienes aquí adentro, ¿eso es es ser todo un hombre?

“Bien, tal vez tenga razón.”

-- Papá hace lo mismo y a él no le dices nada. -- hablé con simplesa, lo voltee a ver y él tenía una cara seria mirándome fijamente.

-- Tranquila amor, Aidan y yo vamos a comprar las cosas mientras que tú te la pasas aquí cómodamente. -- habló entre dientes con la misma mirada puesta en mí.

-- No creo que esté cómodamente aquí. -- miró a su alrededor con desagrado. -- Vayan ustedes, yo me quedaré ordenando el apartamento.

Sin más fue a los cuartos con una escoba, guantes y un trapo, como si de una casa de ratones se tratase.

Volteé a ver a mi papá, quién me miraba con sonrisa forzada, se levantó del sofá, agarró su suéter, las llaves del auto y se fue por la puerta, yo sin más qué hacer o decir hice lo mismo.

Sabía que esa sonrisa forzada era por algo y ya sabía el porqué. No es algo del otro mundo adivinarlo, lo conozco demasiado bien como para saber cada fracción en su rostro y todo lo que hace entender con el lenguaje corporal; puedo decir que lo conozco mejor que mamá.

Al bajar, caminé por el camino de flores llegando al auto en donde ya estaba mi padre preparado para arrancar este. Rápidamente me subí, lo voltee a ver y él tenía el semblante completamente serio sin ninguna expresión.

-- ¿Por qué estás así? -- pregunté mientras me colocaba el cinturón de seguridad, y él arrancó el auto sin más. -- Bien, hoy alguien despertó de malas. -- bromeé.

-- Aidan, que sea la última que me delatas así en frente de tu madre. -- lo sabía. -- Casi haces que me regañe a mí también. -- bufó.

-- Si bueno, creo que te lo mereces después de burlarte de mí. -- sonreí victorioso. -- Así que estamos a mano.

-- Bien, a mano. -- me dió su mano, y yo la agarré en forma de paz.

Un gran silencio se apoderó del pequeño espacio en el que estábamos, yo solo veía por la ventana del auto mientras que papá solo veía al frente con sus típicos lentes de sol que siempre llevaba a todos lados.

-- Y... ¿Cómo estás con Sophia? -- preguntó llamado mi atención.

Hablando de Sophia, ni siquiera me percaté y me había llamado el día de hoy o algo por el estilo, pero no, no había ni un solo mensaje de “buenos días.” ¿Y yo soy en mal novio?

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐡𝐢𝐬𝐭𝐥𝐞𝐬. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora