Aidan...

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A I D A N

-- Aidan, en serio, no puedes faltar a tus-...

-- Tengo todo resuelto, tú tranquilo -- él rodó los ojos y siguió limpiando la cocina.

Estaba en la cocina del nuevo restaurante de mis padres, cuyas personas invitaron a casi todas las personas de la cuadra y como de costumbre papá limpiaba la cocina mientras mamá compraba comida para la despensa en el supermercado.

Revisaba mi teléfono, no veía algo específico, sólo pasaba de aplicación en aplicación, esperando que el pollo esté listo para llevárselo a la abuela de ______, quién espero que esté bien.

Había faltado a mis clases en la universidad, pero no había pasado nada. Algunos amigos me podían pasar todo lo que estuvieron dando. Así que sin preocupaciones.

-- Aidan, tu pollo está listo -- papá me señaló el microondas, yo fui por este -- ¿Y para quién es? casi nunca le haz dado pollo de nuestro restaurante a alguien, y mucho menos a Sophia -- me miró con sospecha

-- Es para la abuela de una amiga. Ella está en el hospital, no se ha sentido muy bien así que le voy a llevar un poco de pollo -- coloqué el pollo en una bandeja de aluminio y la cerré, preparé mi bolso listo para irme.

-- ¿La abuela de una amiga? ¿Y me puedes decir qué amiga me está hablando? -- hizo una cara de confusión.

-- Es la vecina, ella se llama ______ -- sonreí.

-- ¿______ qué? -- siguió limpiando la cocina esperando mi respuesta.

Ya hasta me siento criminal de tanta interrogación que me hace.

-- ______... su apellido es... -- me quedé viendo mis manos pensando en un apellido conforme y que mi padre me crea.

Él no es un sujeto que creerse las cosas fácilmente, a juro tiene que tener todas las pruebas suficientes para poder decir que es verdad y se lo crea.

Y su mirada en mí con me está ayudando a pensar.

-- ¿Es tu amiga y no sabes su apellido Aidan? -- preguntó con burla.

-- Pues, que tenga amigos no significa que a juro tengo que saberme los apellidos... ¿verdad? -- me defendí.

-- Dame el número de sus padres -- padre sobreprotector, ¿qué puedo decir?

-- Sí bueno... su madre murió, su padre desapareció y lo único que tiene es a su hermana menor y a su abuela, quién me espera con un pollo en una camilla -- reí nervioso mientras retrocedía a la puerta.

-- Aidan... ¡Aidan! -- fue lo último que escuché antes de salir corriendo por las puertas del restaurante.

-- ¡Después te lo pago! -- dije mientras seguía en mi camino.

Mmh, no creo que esto le afecte en algo al negocio.

Seguí caminando al hospital de la ciudad, el cual no quedaba tan lejos. Desde lejos veía los autos pasar, el sol, el viento chocar contra las hojas de los árboles haciendo un relajante sonido.

Vendré a caminar con más regularidad por estas zonas, sin dudas.

Mientras iba caminando, miré detrás mío por impulso porque sentía que algo me veía, me persiguía y no me quitaba la mirada de encima. Justo cuando volteé, unos tipos sospechosos pararon y comenzaron a hablar entre ellos mientras que me veían de reojo. Estaba totalmente quieto mirándolos con atención, pero a la vez el miedo llegaba a mí.

Comencé a caminar más rápido por las misma calle. Esta zona podrá verse relajante, pero es peligrosa.

Volteé de nuevo atrás y ellos seguían hablando entre ellos, uno me señaló y los tres adelantaron el paso con sus miradas puestas en mí.

𝐓𝐡𝐞 𝐖𝐡𝐢𝐬𝐭𝐥𝐞𝐬. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora