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JiMin

Se me puso la piel de gallina.

YoonGi ya estaba rodeando la mesa hacia mí. No tenía escapatoria. Derrotado, solté el vaso de agua y me levanté y empujé la silla hacia atrás para mirarlo.

Una vez que llegó hasta mí, solo nos separaban dos pasos. Dos pasos
muy cortos después de no verlo durante tantos años.

—JiMin —dijo, con los labios entreabiertos en una gran sonrisa. Sus ojos observaron cada centímetro de mi cuerpo, y me sonrojé.
Luego invadió mi espacio vital, acunando mi rostro ya sonrojado entre las manos. Sin querer, retrocedí un paso, por lo que casi acabé sentado sobre la mesa. Él se movió conmigo.

—JiMinnie, mírate. —Se rio, lo que hizo que apareciera una sonrisa en mi rostro—. No puedo creerlo, JiMin. Joder, mírate —repitió de nuevo.

¿Su sonrisa? Todavía resultaba tan conmovedor verlo como lo había sido el día que lo conocí.

—Hola —le saludé, levantando mi mano en un pequeño gesto. Echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír.

—¿«Señor Min»? ¿Me has llamado así?

—Sí, lo siento —murmuré, notando que me ardía la cara.

—¿YoonGi? —preguntó su agente desde atrás—. ¿Lo conoces?

—Sí, lo conozco —repuso el pálido con los ojos clavados en mí—. Hubo un tiempo en el que era su persona favorita del mundo. Él mismo me lo dijo cuando tenía ocho años. —Inclinó la cabeza a un lado y entrecerró los ojos —. ¿O tal vez eran siete?

—Seguramente siete —murmuré mientras cerraba los ojos. Sí, lo había hecho, porque él había sido exactamente eso para mí.

—¡Oh, qué agradable sorpresa! —SeonJo interrumpió aquella inesperada reunión—. No sabíamos que se conocían. Eso, sin duda, será una ventaja para el proyecto.

YoonGi me guiñó un ojo.
Mi corazón se aceleró.
Entonces sus manos finalmente me soltaron la cara, pero solo para agarrarme la mano y volverse hacia HoSeok.

—¿Puedes ocuparte de esto?

—Por supuesto, pero creo que deberías quedarte. Seremos muy breves —respondió su agente.

«¿Qué?».

—Tú puedes ocuparte de todo.

—YoonGi, espera un minuto...

«¡Sí, Min! ¡Espera un minuto!».

Su mirada se posó en Lian.

—Cuenten conmigo para la película. Puedes negociarlo todo con HoSeok.

«¿Que cuenten con él? ¿Para qué? ¿EN QUÉ? Sin duda, para mi película no...».

—¿Han terminado la reunión con JiMin ? —le preguntó a continuación a NangMin.

La mirada de Choi se encontró con la mía, antes de responder la pregunta.

—Te enviaré el contrato y te llamaré personalmente para programar una
cita para comer. Revisaremos el acuerdo contigo y haremos los cambios necesarios en ese momento.

Estaba empezando a sentirme mareado. ¿Ya había aceptado su propuesta?

—Llámame cuando termine la reunión, HoSeok —pidió el pelinegro mientras me arrastraba tras de sí—. No me lo puedo creer —murmuró en cuanto salimos por la puerta y volvimos al laberinto de pasillos. Además de que pudiera callarse, esperaba que él hubiera estado en el edificio las veces suficientes para saber cómo salir de aquel maldito caos.

Cine y letras | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora