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YoonGi

—¡Qué rápidos son esos buitres! —dije después de leer el artículo que habían escrito sobre nosotros. Dejé la tablet encima la mesa, al lado del plato vacío de mi almuerzo—. La cuestión es que no tengo ni idea de quiénes son los testigos que nos vieron ayer, la forma en que describen las cosas... Lo único cierto es que solo me aparté de ella una vez. El resto es pura invención. Apenas nos dirigimos la palabra durante toda la cena. — Negué con la cabeza y tomé algunas patatas fritas del plato de HoSeok.

—Si la forma en la que cuentan la historia te va bien, que te va, te diría que dejes de quejarte.

Me lamí la sal de las patatas del pulgar, mientras permanecía callado. Había hecho el ridículo delante de JiMin la noche anterior. Pensaba abordar el tema mientras cenábamos, pero por alguna razón me pareció que estaba mal que le pidiera al doncel que se casara conmigo como si fuera una reunión de negocios. Al final todavía lo había jodido todo, pero al menos estábamos solos cuando sucedió. No habría sido diferente si me hubiera arrodillado y le hubiera pedido que se casara conmigo para salvar mi carrera. No había una manera correcta de pedirle a alguien que se case contigo para ayudarte a salir del lío en el que te has metido.

Hablando de eso, todavía no había tenido noticias de JiMin.

—Aún no ha respondido. No te emociones demasiado.

—Será un gran impulso para su carrera de escritor. Cambiará su vida más que la tuya —comentó el castaño.

—No es como otras personas que conoces —dije, haciendo un gesto para señalar las que había en la cafetería.

—¿Como todas?

—Ya sabes a qué me refiero: a las de la industria cinematográfica o  modelos de cuya compañía pareces disfrutar de vez en cuando.

Arqueó las cejas.

—¿Y puedo preguntar qué la hace tan diferente?

Me encogí de hombros.

—Es JiMin. Lo conozco. Si acepta, y es un «si» muy grande, probablemente será porque quiere ayudarme. Creo que también está medio enamorado de mi casa, así que sin duda parto con ventaja.

HoSeok rio y negó con la cabeza.

—Estás ciego, YoonGi.

—¿Qué demonios se supone que significa eso? —pregunté con el ceño fruncido

Suspiró y levantó la mano.

—Nada. Que no se te suba a la cabeza, pero debo decir que eres un maldito afortunado.

—Voy a preguntártelo de nuevo: ¿qué quieres decir?

—Quiero decir que no es precisamente un sacrificio mirar a tu JiMin, ¿verdad? Incluso cuando estás jodido tienes suerte.

—Sí. —Me aclaré la garganta—. Es precioso. —Y había madurado, lo que era una combinación letal para mí.

—Hasta ahora, lo único que LeeSeo ha filtrado a la prensa es que son amigos de la infancia y que están trabajando juntos en la adaptación cinematográfica de su libro. Todo el mundo cuenta su propia versión de la historia. Si JiMin acepta, tendrán que dejarse ver juntos un par de veces más e interpretar a una feliz pareja frente a las cámaras. Luego filtraremos la noticia del matrimonio y todo habrá terminado.

—¿Eres mi publicista o mi agente?

—Parece que me toca hacer de todo por ti.

—Ya, espero que no sigan hablando de mí mucho tiempo. Estoy cansado de ver mi nombre y mi cara en las noticias.

Cine y letras | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora