Cine y letras | YM

008

JiMin

Con el corazón en la garganta, me di la vuelta y me encontré a YoonGi sonriéndome.

—No tan rápido, JiMinnie —dijo.

Lo agarré del brazo para alejarlo unos pasos.

—¿Qué estás haciendo? ¡Te reconocerán!

Miré por encima del hombro, y, al ver tres bocas abiertas de par en par, supe que ya era demasiado tarde.

—¿Y qué? Quiero conocer a tus amigos.

—YoonGi. ¿Estás seguro de que estás bien? ¿No deberías estar..., no sé..., un poco más preocupado por estar en público?

—No hay nadie alrededor. No pasa nada, JiMin. Relájate, no te haré pasar vergüenza. Lo prometo —dijo en un tono diferente.

Mi corazón se encogió.

—No es eso. Lo siento. Ven, te los presentaré.

TaeHyung fue el primero en cerrar la boca y sonreír como un gato a punto de
darse un festín.

—Tú debes de ser TaeHyung, el que se enfrenta a una muerte sangrienta —
comentó el pálido, sonriéndole con simpatía.

—Sí, probablemente... —El peligris tenía una mirada vidriosa cuando estrechó la mano de YoonGi.

—Ella es HyoRi, y él es WonBin —continué cuando TaeHyung finalmente le soltó la mano.

—Mucho gusto, chicos —saludó el pelinegro.

Cuando TaeHyung me miró de forma inquisitiva, suspiré.

—Mi reunión ha empezado tarde, y YoonGi tenía otra después de la mía; de repente, entró cuando yo estaba reunida. Me reconoció y se ha ofrecido a traerme.

Esa explicación breve pero directa solo serviría hasta que entráramos en nuestro apartamento.

—¿Se conocen? —preguntó WonBin con el ceño fruncido y una expresión de confusión en su rostro.

WonBin era un tema completamente diferente. Además de ser compañero
de piso, era mi ex, y cuanto más triunfaba el libro, más picajoso estaba él. Sentí la mano de YoonGi en la parte baja de la espalda. Era un toque ligero, pero suficiente para hacer que todo mi cuerpo vibrara lleno de emoción. Estúpido cuerpo traidor...

—YoonGi era el mejor amigo de mi hermano. Se pasaba la vida en mi casa —le expliqué al rojizo.

—Nunca lo habías mencionado...

—Lo siento. No se me ha ocurrido nunca que te interesaría saber eso.

—Oh, cállate, WonBin —le interrumpió Tae—. Yo lo sabía, y, francamente, con eso es suficiente. ¿Te gustaría pasar? —le preguntó a YoonGi en un tono más suave.

—Me encantaría, pero me temo que tendrá que ser la próxima vez. —Se volvió hacia mí—. ¿Me dejas tu teléfono un momento?

—¿Por qué? —pregunté con recelo.

—Quiero el número de JiHyun .

—Ah, bien... —«No es que quiera el mío». Asintiendo, saqué el móvil de mi bolso y se lo di.

—JiMin ... —HyoRi me tocó el brazo, llamando mi atención—. Me muero
por saber lo que ha sucedido en la reunión. Has dicho que sí, ¿verdad? Pero tengo que reunirme con mi grupo de estudio... —miró su reloj— dentro de media hora. Me lo cuentas todo cuando regrese, ¿si?

—Claro, hablamos luego.

Me lanzó un beso un beso rápido y se esfumó.

Antes de que pudiera preguntarle al pálido por qué tardaba tanto en obtener el número de mi hermano, WonBin llamó mi atención, negó con la cabeza, se dio la vuelta y se fue.