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JiMin

—Túmbate, JiMinnie —dijo con cierta brusquedad cuando nuestros labios
se separaron.

Lo hice. Quizá con un poco de timidez, pero apoyé la espalda en la isla. YoonGi me separó las piernas y me miró; sus ojos se movieron por mi pecho, y luego los bajó lentamente.
Frotó con los nudillos, extendiendo la humedad por todas partes.

Luego, deslizando los dedos muy despacio, untó lo que quedaba en ellos sobre mis pezones.

Cuando su boca se cerró alrededor de uno de los duros picos y chupó, se me cerraron los ojos y una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, haciéndome temblar. Mientras todavía estaba devorándome, lamiéndolos y mordiéndolos, me levantó las piernas y se las colocó sobre sus hombros, dejando descansar allí.

Luego, me sostuvo las caderas con las manos e inclinó la cabeza más abajo, mordiendo y lamiendo lo que encontraba en su camino. Cuando por fin alcanzó su objetivo, yo me había convertido en un ser tembloroso.

—Precioso —susurró; su aliento caliente sobre mi sensible entrepierna me hacía sentir todo tipo de cosas.

Luego me lamió, de abajo arriba, apretando la lengua con firmeza contra mi glande y luego girándola. Arqueé el cuello y tragué saliva.

Me miró mientras depositaba pequeños besos en el interior de mis muslos.

—¿A cuántos hombres has dejado que te toquen así? —preguntó.

—¿Qué?

—¿Cuántos hombres te han visto así? ¿Mojado y caliente?

Joder, me sonrojé de nuevo. Había salido con tres chicos en total. Uno fue en secundaria, después de que YoonGi se hubiera marchado. El otro, con el que solo había salido unos meses, en el primer año en la universidad. De todos ellos, WonBin había sido el único que solo pudo explorar allí abajo, así que ¿cómo responder a su pregunta?

«Eh, no llegamos a segunda base».

—¿Estás contándolos? —Arqueó una ceja y bajó la boca y continuó lamiendo mi miembro.

Me volví a estremecer.

Negué con la cabeza.

—No. Es que no... estoy seguro de cómo contestar.

Chupó su dedo índice para luego ingresarlo dentro de mí y esperó mi respuesta.

—Solo uno —dije con suavidad.

—WonBin... —adivinó ominosamente.

Añadió otro dedo.

—YoonGi —susurré al notar que un nuevo orgasmo se avecinaba.

—De ahora en adelante, no podrá tocar ni un solo pelo de tu cabeza —gruñó entre mis piernas antes de comenzar a lamer todo mi simiente expulsada, mientras continuaba moviendo sus dedos en mi interior. Me estremecí y hundí los dedos en su cabello, cerrando las manos bruscamente alrededor de cualquier cosa que fuera lo suficientemente larga como para poder aferrarme a ella.

No podía decidir si estaba más excitado por el hecho de que existiera una posibilidad real de que el pelinegro estuviera celoso de WonBin o por lo bueno que era con la lengua; probablemente, una mezcla saludable de las dos cosas.

Sus pasadas con la lengua fueron descendiendo por el interior de mis muslo, se detuvo un momento para retirar sus dedos y aproximar su boca a mi entrada. Sentí como lamía a mi alrededor, gemí ante su ingreso y le tiré del cabello.

Cuando me cubrió completamente con su boca y comenzó un vaivén con su lengua, grité su nombre, arqueándome y bajando su cabeza.

—YoonGi..., no puedo... Oh, Dios..., tienes que parar.

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⏰ Última actualización: May 27, 2023 ⏰

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