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YoonGi

—¿Qué haces aquí a las ocho de la mañana, LeeSeo? —medio gruñí cuando entró en mi casa—. Pensaba que íbamos a reunirnos a las doce. — Frotándome los ojos, traté de concentrarme en ella mientras sus tacones repiqueteaban con frenesí por el pasillo en dirección a la sala de estar. Parecía muy dispuesta para comenzar el día, pero yo todavía esperaba deshacerme de ella con rapidez para poder volver a la cama.

—No has entrado en internet —adivinó correctamente mientras dejaba caer el bolso sobre un sofá.

—Estaba durmiendo. De hecho, todavía estoy dormido. ¿No puedes esperar hasta la reunión?

—Me temo que no. —Se inclinó para sacar el teléfono del bolso—. Quizás quieras ponerte algo encima. No todo el mundo quiere verte medio en pelotas a primera hora de la mañana. —Agitó la mano hacia mi cuerpo con desdén.

Bostecé y me miré el pecho desnudo.

—¿De qué va esto? Todavía no la he sacado de los pantalones, si has venido por eso.

Le envió un mensaje a alguien con el móvil, lo apagó y cogió otro teléfono. Era demasiado temprano para poder seguirla.

—HoSeok llegará aquí dentro de unos minutos —me explicó, sin levantar la vista de la pantalla.

—¡Genial! —Bostecé de nuevo—. Justo lo que necesitaba a esta hora, sus caras en mi...

—Deja de quejarte y ve a ponerte algo mientras hago una llamada. Yo le abro a HoSeok.

—Él tiene su propio código de seguridad; puede entrar. Y será mejor que me traiga el café y el desayuno.

—Jung me dijo que llamaría a ChangMo; él te traerá lo que sea que quieras tomar.

—¿Ahora también le das órdenes a mi asistente, LeeSeo? ¿No tienes
suficientes personas que controlar?

Ella me lanzó una mirada dura, despachándome sin decir una palabra
más.

—Jodidamente fantástico —murmuré por lo bajo mientras la dejaba para que hiciera lo que quería hacer.

Cuando salí de mi habitación, recién duchado y vestido de forma
conveniente a los deseos de la fémina, HoSeok y ChangMo estaban con ella en la sala de estar, donde mantenían una conversación tranquila.

—¿De qué va esa emergencia que no podría esperar unas horas más? — pregunté sin dirigirme a nadie en particular mientras me sentaba frente a ellos.

—Tenemos que hacer unas declaraciones —comenzó ella mientras desmenuzaba un panecillo y le daba un mordisquito. Mi asistente les entregó a todos un café. Después de darle las gracias y coger un muffin de arándanos, traté de concentrarme en LeeSeo—. No quería decir nada sin hablar contigo primero.

—Entonces, ¿para qué están aquí ellos? ¿Y una declaración sobre qué?

—He pensado que HoSeok querría estar presente en la convocatoria. —Se encogió de hombros, manteniendo la mirada apartada del agente—. Y tú confías en su opinión.

—¿Aún no has entrado en internet? —preguntó ChangMo, escondiendo la sonrisa detrás de la taza de café.

Arqueé una ceja.

—He sido yo quien ha llamado a ChangMo, ya que, si le das el visto bueno, él será una de las pocas personas que estará involucrado en esto —explicó HoSeok mientras miraba fijamente a al mencionado.

Volví a mirar a mi asistente, pero él se encogió de hombros.

—¿Están a punto de decirme que voy a morirme o algo así?

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