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YoonGi

—Menuda movida... —dijo JiMin después de unos minutos de silencio.

Lo miré por el rabillo del ojo para asegurarme de que realmente estaba
bien.

—Bienvenido a mi mundo. ¿Qué tal todo?

Levantó los brazos y me enseñó las manos temblorosas.

—Un poco nervioso, pero aún de una pieza. ¿Y tú?

—Rara vez llegan a más. Te acostumbras a ir por la calle con las cámaras parpadeando a tu alrededor.

—Es parte del trabajo, supongo.

Lamentablemente, sí. La mayoría de las veces podía usar gafas de sol y una gorra de béisbol para mezclarme con la gente, pero no funcionaba siempre.

—Creo que deberíamos ir directamente a la oficina de LeeSeo. Tenemos que planificar cómo vamos a llevar todo esto.

—¿Ahora?

—Sí. Huir no servirá de nada. No podemos quedarnos atrapados en una cafetería otra vez. No solo me seguirán a mí: se van a centrar en ti. Cuanto más tiempo estemos callados, más difícil será deshacernos de ellos.

—Lo siento, debía haberlo hecho mejor —dijo en voz baja.

Giré a la izquierda, manteniendo los ojos en la carretera, pero alargué la mano para agarrar la suya. Estaba empezando a hacer eso mucho últimamente. Le sostenía la mano. Lo mantenía cerca. Notaba su olor. Lo tocaba. Le miraba el trasero. Y, lo más importante, no podía apartarme de esos verdes ojos.

—Si algo así vuelve a suceder cuando no estoy cerca, quiero que me llames de inmediato. Si no puedo ir, enviaré a alguien que pueda ayudarte. Si vamos seguir adelante con esto, necesito saber que te sientes cómodo. No quiero que tengas miedo a salir por mi culpa.

—Estoy bien, YoonGi. —Me cubrió la mano con la suya, más pequeña—. Si les dices quién soy o que estamos juntos, estoy seguro de que al final se cansarán.

Suspiré.

—No lo creo. Eso probablemente llevará algún tiempo. Es una noticia demasiado jugosa como para que la ignoren.

Cuando retiró la mano, yo también tuve que alejarme.

Le entregué el móvil y le pedí que marcara el número de ChangMo.

—¿Va todo bien, jefe? HoSeok acaba de llamarme, y me ha dicho que podría
necesitar ayuda.

—Todo bien. Lo manejamos. ¿Puedes averiguar dónde está LeeSeo? Si ella está en su oficina, quiero ir directamente a hablar con ella. JiMin está conmigo, y creo que debemos sentarnos y dejar claras algunas cosas.

—Dame unos minutos y me pondré en contacto contigo.

Cuando ChangMo volvió a llamar, estaba ya a medio camino del despacho de la fémina.

—Ella no está en la oficina, jefe. Está terminando una reunión para almorzar en Château Marmont.

—Bueno, entonces vamos allí.

—Le he sugerido lo mismo, pero ha dicho que debíais tener una conversación privada. Ha añadido que dijera que volverá al despacho dentro de quince minutos y que los verá allí. ¿Quieres que vaya con ella?

—No. Estoy a unos minutos, la esperaremos.




Cuando llegamos, su asistente ya nos estaba esperando, y nos llevó al despacho de ella.

—Sé que no te lo he preguntado, pero espero que tengas tiempo para esto —dije al doncel una vez que estuvimos solos.

—¿Para la reunión? Sí, por supuesto. Sé que tengo que firmar contratos. —Me lanzó una mirada inquisitiva—. Al menos, supongo que sí.

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