Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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Ambos chicos se separaron al escuchar la puerta de la biblioteca abrirse con brusquedad. Bang Chan miro sobre el hombro de Seungmin y pudo ver a Michael que entraba con un semblante preocupado.
—Sacerdote Bang Chan. Lo he estado buscando por todas partes.— dijo Michael.— Paso algo, tiene que venir.
Entonces ahi fue cuando Chan pudo regresar a la realidad, se había quedado con Seungmin, ya no cumplió con los deberes que tenía y solo por la lujuria del momento.
Dejando a Seungmin ahí parado fue detrás de Michael, quien lo llevo a la entrada principal y pudo ver a mas chicos murmurando muchas cosas.
—¿Que ha pasado? — le pregunto Chan a Felix que se encontraba ahí y este lo miro seriamente.
—Han tocado a la puerta, abrieron sin problemas y ahí se encontraba un joven malherido.
Chan frunció el ceño, ¿un joven herido?. Nunca antes había pasado esto.
— ¿Y donde esta? ¿Lo han llevado ya al hospital? .
Felix negó.— Nos ha suplicado que no llamemos a ninguna ambulancia y tampoco a la policía. Hasta nos ha dicho su nombre y de donde viene, para que no pensemos que es alguien malo.
—¿ Y como se llama?.
— Han Jisung.
✞
Aquel chico estaba acostado en la cama del Padre Ashton. Ya había sido curado por la enfermera principal del la iglesia y ahora mismo estaba siendo vendado por la misma.
La superiora Taylor entro a la alcoba y miro al chico, ya estaba despierto.
— Claramente necesitamos respuestas si no quieres que llamemos a la policía. — dijo la chica mientras se sentaba en una silla al lado de la cama.
Jisung le miro y soltó un suspiro.
— Agradezco que no hayan llamado aun a la policía.— le dijo el chico de cabellos azules.— Y sobretodo que curen mis heridas.
Taylor asintió.— No agradezcas. No se que hayas hecho y nosotros no somos nadie para juzgarte, pero también no podemos cubrirte de algo malo.
El chico asintió y espero a que la enfermera terminara su trabajo y se fuera. Así fue como también el Padre Ashton entro a la habitación.
Los mayores escucharon atentos a la explicación del joven de cabellos azules. Vieron también como este rompía en llanto y aceptaron el trato que les propuso.
