Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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Seungmin se movía encima de su sacerdote con mucha maestría, le gustaba la vista que tenía de él. Aquel rubio estaba levemente inclinado hacia atrás con los ojos cerrados mientras soltaba pequeños jadeos.
— ¿Te gusta, Chris? — pregunto Seungmin con una sonrisa mientras hacía círculos con su cadera.
Chan asintió perdido ante aquel delicioso movimiento de su amante.
— No pares, por favor.
A Seungmin le encanto, le gusto que Chan le pidiera que no parara. Quería a Chan para él y no le importaba ser su amante, él "otro".
Seungmin detuvo sus movimientos. — Entonces, ¿me dejarás ser tu amante, Chris?.
Pregunto el pelinegro mientras tomaba con una de sus manos la cara de Chan, mirándolo fijamente. Haría lo posible para tener a Chan, pero también quería que este se le entregara por si solo.
— Yo...
— Si me dices que si, tal vez podré terminar con tu sufrimiento y recuerda, nadie se tiene por que enterar — esto último lo susurro en su oído mientras besaba el cuello del sacerdote.
Al ver que Chan no respondía perdido de nuevo ante los toques de Seungmin, este último decidió mover de nuevo su cadera y parar a los pocos segundos. Chan se quejo.
— No pares maldita sea. — maldijo Chan mientras tomaba las caderas del pelinegro y lo incitaba a seguir con lo que estaba haciendo.
— Quien te viera y oyera, Chan. Maldiciendo por unos simples movimientos — Se burló Seungmin — Pero ya te dije, puedes tenerme solo tienes que acceder.
Chan lo miro y no sabe si fue la intensidad del momento, pero olvido a su esposa. Olvidó que aquella mujer con quien se había casado estaba en casa esperándole con una sonrisa. Olvidó todo y se concentró en el pelinegro que tenía entre sus brazos.
Lo beso y con ello le dejo en claro a Seungmin que era suyo, que Chan se le había entregado y el menor lo recibió con felicidad.
— Me encantas, Seungmin — dijo Chan en medio del beso y sonrio.
— Tu a mi me encantas más... — Seungmin quería demostrar de que estaba hecho pero unos golpes en su puerta les hicieron separarse.
Chan se espanto y lo quito de encima suyo. Camino hacia la puerta mientras se arreglaba su ropa y trataba de regular su respiración, cuando estuvo cerca de esta, la abrió un poco y miró quien era.
Era la Superiora Taylor.
— Bang te quiero en mi oficina dentro de diez minutos, es urgente.
Chan asintió y así se retiro la Superiora. Cuando vio a Seungmin, de nuevo le llegaron los recuerdos y quiso darse un golpe. Ha caído y sabe que por más que quiera salir de el, ya no puede.
