Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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Samantha entró a aquella de su casa y esta ya no se sentía como antes. Lo notaba, claro que lo notaba. No estaba Bang Chan, no estaban sus hijos.
Solo ella. Y por primera vez, se sintió bien estando así.
Se sintió bien estando bien consigo misma, sabía que tenía que ignorar todas aquellas voces que le hablaban, que le decían tantas cosas. Tenía que ignorarlas y lo haría, todo por sus hijos.
Y solo por sus hijos.
Mientras aquella pelirroja se instalaba de nuevo en su casa y repasaba todo lo que acontecía en su vida, aquel rubio besaba con fuerza al pelinegro, quienes estaban en su lugar favorito.
Aquel bosque, lejos de todo.
— Me gusta estar asi contigo, me gusta y mucho — Seungmin menciono besando al mayor.
Y es que eso era claro para el pelinegro, le gustaba Bang Chan y le gustaba tanto que no le importaba nada del alrededor. Le gustaba todo de él. Su sonrisa, sus gestos, su forma de ser. Todo.
— A mi también me gusta.
Ambos seres se dejaron caer en aquella manta y miraron juntos aquel cielo celeste.
— Mira eso... — Seungmin señaló una nube que se movía con lentitud — Se parece a mi ex novio, todo feo.
Una carcajada salió de parte de los dos. Bang Chan por primera vez no se sintió celoso o algo parecido.
— ¿Haz tenido muchos novios, Minnie? — preguntó Chan mientras cerraba sus ojos, deleitándose con la brisa que acaba de pasar.
— Solo tres a lo largo de toda mi vida — el menor le respondió sin preocupación alguna.
— Tu eres mi primer novio.
Chan dijo de la nada y sintió algo bonito al decirlo, el otro chico también sintió esa sensación.
— Me alegra mucho oír eso — Seungmin se incorporó y se acercó hasta el sacerdote — Sabes, uno de mis novios me dijo que fuera feliz con lo que creyera que me haga feliz. Que no importa si después se destruye o rompe, al momento fui feliz.
Chan escucho ante aquellas palabras y rápidamente pensó en aquellos momentos que pasaba con Seungmin, no se arrepentía de nada.
El rubio sabía que a lo mejor estaba comentiendo errores, claro que lo sabía. Muchas veces se había puesto a reflexionar, pero para él solo era un simple debilucho. No podía enfrentar sus dos amores de la vida y menos cuando ya tenía a dos hijos.
Ha hablado muchas veces con Dios, preguntándole el por qué Seungmin llegó en ese momento, por que de esa forma. Nunca le contestaba y Bang Chan, se dedicó a esperar aquella respuesta con ansias.
