Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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El día de celebración de caridad había llegado y todos estaban muy emocionados, excepto Chan el cual ni siquiera estaba tan al pendiente de todo como años anteriores.
— Chan, ya se preparó el patio. Dicen que las mesas ya están listas — hablo Felix a su lado y Bang pudo asentir.
Ya sabía que le había encargado el que la fiesta transcurriera bien pero no podía evitar distraerse con aquel chiquillo pelinegro que cada vez que podía se lo llevaba detrás de aquellos muros rocosos y le besaba.
Oh si tan solo aquellas paredes hablaran.
— Felix, necesito que vigiles que las coloquen adecuadamente. No quiero fallas — dice Chan a Félix quien asiente y se encamina hacia donde estaban todos preparando las cosas.
Chan ve como aquel de su amante lo mira desde el piso de arriba con una sonrisa y disimuladamente le dice que vaya hacia él.
Una vez juntos, el rubio es jalado hacia el pelinegro y este lo besa con fuerza.
— Te he extrañado mucho, mi sacerdote. — Seungmin lo abraza y esconde su cara en el cuello del mayor quien se lo regresa igualmente.
— Yo también, Minnie. Pero sabes bien que no puédenos hacer esto aquí, alguien puede vernos.
— Eso no me decías cuando me movía encima de ti, Chris — dijo Seungmin con una sonrisa en el rostro y Chan no pudo evitar sonreír.
— Estas loco.
Se besaron nuevamente con necesidad. Disfrutaban tanto de aquel delicioso pecado que estaban cometiendo. Y aunque Chan quería y llegaban momentos en donde quería alejarse, no podía. Seungmin le atraía y en demasía.
— Me tengo que ir. Necesito ir a casa.
Y sin quererlo, Seungmin sintió un dolor extraño en su pecho. "A casa", a lado de su esposa. De la "oficial". El pelinegro sabía que no podía reclamarle nada, el fue quien le propuso hacer eso y ahora tenía que aceptarlo, no quería alejar a Chan.
— ¿Como ha estado, Samantha? — dijo Seungmin con un tono indiferente.
— Bien. Todos han estado bien. Le caes bien a Hyunjin. — dijo Chan tratando de sonreír.
Era un tremendo hipócrita. Estaba hablándole de su esposa e hijos a su amante. Vaya que ironía.
Seungmin sonrio.
— Me da gusto. Por lo menos le caigo bien a alguien de tu familia. — susurro Seungmin — tu madre no me acepta ¿verdad?.
— Ella es un tanto...
— Anticuada — completo Seungmin y Chan se molesto.
Amaba a su madre a pesar de todo lo que decía o su mente un poco diferente y para nada abierta. No quería que nadie le lastimara.
