Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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Todo había salido mal, todo se había ido a la mierda. Bang Chan no sabía que hacer, no podía permitir que Samantha creyera que le es infiel, si lo era pero no podía dejar que la castaña se deprimiera por ello.
Dando las nueve am del día siguiente, con una mirada sombría, Chan miraba desde una esquina de la habitación a su esposa que aún no despertaba. No sabía que le diría cuando abriera los ojos pero solo rezaba que no recordara nada.
Había encontrado la botella de Champán vacía en el cesto del baño de la habitación y se sintió de lo peor, la estaba orillando a refugiarse en el alcohol.
— Ugg... mi cabeza — la voz de su esposa lo saco de sus pensamientos y rápidamente se acercó a ella.
— Sam... — murmuro en un susurro y se inclinó hasta ella para poder acariciarle la cabeza.
Aquellos bellos ojos que antes le gustaba apreciar, lo miraron. Lo miraron con aquel amor tan puro y hermoso que en algún momento le había dado aquella seguridad a Bang Chan.
— ¿Que me paso, Channie?.
Así que la pelirroja no recordaba nada y eso hizo que Bang Chan respirara mejor, no quería que las cosas transcurrieran así. Podía tener un poco de tiempo más y solucionar (o tratar) las cosas.
— Bebiste, Sam. — rio levemente el rubio, para darle entender que estaba bien — Pero ahora mismo te traigo un poco de sopa que prepare para la resaca.
Se acercó hasta ella y depositó un casto beso en sus labios. El corazón de él se sintió de lo peor y el corazón de ella brincó de emoción.
✞
Jisung cada vez se sentía más y más inseguro. No podía dormir por las noches y eso era algo agobiante para todos. Tenía miedo de todo y más porque las cartas habían dejado de llegar. Sospechaba de algo más grande.
— Necesito que te calmes, Jisung. Tal vez dejo de enviarlas porque se ha aburrido y ahora te quiere dejar libre — soltó Minho y aquel muchacho de cabellos azulados, negó rápidamente.
— Beomgyu no es así, Minho. — respondió de forma ruda — Él es una persona fría y sin escrúpulos, sabe donde estoy escondido, conoce mis pasos y ¿crees que ahora simplemente me dejará ir?
— ¿Beomgyu?.
— Es ese su nombre. Le gustaba tenerlo en secreto pero a mi me vale una mierda. Te juro que lo matare, Minho.
Lee Minho podría decir que no se sorprendió por aquellas palabras soltadas de Jisung. Él haría lo mismo para salvarlo, lo haría.
