Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos estaban haciendo sus respectivas actividades y Seungmin se sentía fallecer. Había pasado un día desde que tuvo esa charla con el rubio y desde ahí ninguno se hablaba.
El rubio le evitaba a toda cosa, ponía excusa que le hablaba la superiora Taylor o que tenía que vigilar a otros ingresados. Y lentamente eso le iba doliendo a Seungmin.
Mientras juntaba las hojas en bulto, miró como el rubio iba tan sonriente. Miraba a todos, menos a Seungmin y eso le dolió. Pero no se iba a quedar así. El pelinegro tenía dignidad y sin duda, tenía que dejar las cosas en claro.
Soltó la escoba que traía en sus manos y sin que nadie le viera, camino detrás del sacerdote.
Cuando estuvieron un poco lejos y casi cerca del río, Seungmin lo sostuvo de su mano e hizo que este le mirara.
— Tengo que hablar contigo— le dijo Seungmin directo.
Chan lo miro y se soltó de su agarre. — Pues yo no tengo nada de que hablar.
— ¿Acaso estás enojado por lo que dije? — rio levemente Seungmin — Es algo tonto enojarte por una opinión que solo di.
— Déjalo así, Seungmin.
— Quieres que deje esto o ¿quieres dejarlo todo? — Seungmin lo miro seriamente — Yo no soy una persona que sueltan un día y después me quieren de nuevo. Si quieres dejarlo aquí, está bien pero dime las cosas a la cara, no quiero estar esperándote como un perrito faldero. Tengo asuntos más importantes.
Dicho eso Seungmin se fue de ahí, no quería dejarlo hasta ahí, no quería pero también tenía dignidad y si aquel sacerdote no se daba cuenta de todo lo que era, pues que se jodiera entonces.
✞
La hora del almuerzo había llegado y Seungmin sentía que no se había familiarizado lo suficiente con sus compañeros, así que decidió hacer amigos. Antes estaba tan concentrado en el rubio que no pudo socializar.
— Hola, ¿este asiento está ocupado? — Seungmin dijo a una mesa donde había solamente un chico y una chica, muy lindos.
El chico lo miro con la cuchara aún en la boca y le pareció un poco tierno.
— Oh no no, puedes sentarte — dijo rápidamente mientras se tragaba todo que tenía en la boca.
— Deja de hacer eso, Thomas. Lo asustas — dijo la chica.
El chico llamado Thomas lo miro sorprendido y se acercó hasta Seungmin, quien le miró un poco confundido.
— ¿Te asuste? ¿Verdad que no? — Seungmin negó rápidamente — Ya vez, Elle. El chico no se asusto.
