Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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Chan no podía creer lo que acababa de oír. Sus sentidos se bloquearon y solo podía escuchar los aplausos de la gente de su alrededor.
Segundos después pudo sentir como sus hijos le abrazaban mientras gritaban de felicidad.
Pero Chan no podía reaccionar. Tal vez meses atrás, esa propuesta le habría parecido tierna, bella y mágica, no contando con el hecho de que ya estaban casados, ahora no podía ni reaccionar.
— Oh... eso no me lo esperaba — dijo Chan con un tono nervioso.
— ¿Verdad que si quieres, papi? — dijo Hyunjin jalándole de la mano para que el rubio le hiciera caso.
Chan sonrío incomodado pero al final asintió. Samantha y sus hijos lo abrazaron con felicidad.
Los ojos del rubio se toparon con los ojos del pelinegro, quien no tenía ninguna expresión en el rostro. Solo miraba a Chan seriamente. Y también Chris pudo presenciar como aquel de su cuñado se le acercaba y se sonreían entre sí.
Separo a su mujer de golpe. Samantha le miró confundida.
— ¿Que pasa? — dijo ella.
— Es que quiero brindar y aparte agradecerte por el hermoso regalo que me haz hecho. Te amo mucho, Samantha.
Y le beso, le beso pensando en otro. Le beso y se imagino a Seungmin, que era el a quien besaba.
✞
La fiesta transcurrió con normalidad, miradas intensas entre Seungmin y Bang Chan, quien no se había separado en ningún momento de su esposa. Y es que tampoco había momento en el que aquellos amantes estuvieran a solas, ya que Seungmin también había estado muy pegado a Minho.
— ¿Por que vino tu hermano, Sam? — dijo Chan en un susurro a su esposa.
Samantha se encogió de hombros. — No se, supongo que le nació.
Chan negó en su cabeza. Estaba seguro que a Minho no le había "nacido" venir a esa iglesia. Minho venia por una cosa y esa cosa no era una cosa, era una persona llamada Seungmin.
Sin quererlo, Chan apretó el vaso que traía en su mano, así derramando el contenido de este.
— Ugg, tengo que ir a limpiarme, espérame aquí. Voy a la cocina — Chan le dijo a su esposa, quien asintió confundida y continuó con la plática que tenía.
Chan se dirigió a la cocina del lugar, que por suerte alguna no había nadie, lo cual era extraño pero luego recordó que aquellas cocineras tenían el día libre y regresarían mas tarde.
