Bang Chan pensaba que su vida era buena y que siempre iba a ser así, pero ¿qué pasa cuando aparece aquel chiquillo que lo hace enloquecer?...tal vez ahora su vida es aun mejor.
"Dɪᴏs, ᴘᴇʀᴅᴏɴᴀᴍᴇ ᴘᴏʀ ᴇsᴛᴇ ᴘᴇᴄᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏʏ ᴀᴘᴜɴᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏᴍᴇᴛᴇʀ..."
✞ Pare...
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Seungmin camina con una sonrisa por aquellos pasillos rocosos que caracterizan a la gigantesca iglesia. El pelinegro se siente con una felicidad extrema al saber lo que ha sucedido exactamente dos dias atrás.
Le gusta que haber dado ese paso con Chan, le gusta haberse sentido querido aparte de deseado. Le gusto la forma en que aquel rubio lo miró al terminar.
En cuanto llega aquella habitación "prohibida" da un pequeño toques a la puerta y escucha atento el pase. En cuanto ingresa, ve cómo esta ahí aquel peliazul, que parece estar viendo por la ventana.
— Hola, Han. — dice Seungmin y toma asiento en la cama gigantesca.
— Seungmin, sabes que no puedes estar aquí — Han lo mira con una mirada acusadora.
Seungmin se encoge de hombros y cruza una pierna sobre otra, una sonrisa se plasma en su rostro y observa al de mejillas regordetas.
— Dime, Han. ¿Tienes secretos?.
Han frunce su ceño ante la pregunta un poco apresurada del pelinegro.
— Todos tenemos secretos, Seung — Han de acercó al chico y observó cómo este asintió lentamente.
— Lo se — habló Seungmin — Todos tenemos secretos, pero también algunos tenemos secretos que no podemos guardar.
— ¿No pueden? o ¿No quieren? — Jisung enarcó una ceja en modo de interrogación.
El peliazul sabía perfectamente a lo que se refería el chico delante de él. Habia que ser muy idiota para no notarlo pero Han lo quiso callarlo. No era su vida y si veía al chico lo hacía feliz, no tenía por qué meterse.
Seungmin se había vuelto alguien realmente agradable, llevaba dos dias viniendo a su habitación a escondidas, eso realmente le gustaba a Han.
Ambos se ponían a platicar de sus vidas, eso si Jisung exceptuando aquel trágico momento qué pasó, realmente el decia que nadie merecía cargar con su pasado de mierda. Solamente Han. Solamente él debía saberlo.
— No quiero — Seungmin bufo y se dejó caer sobre la cama — Pero tengo que, algunas veces es necesario.
— Hey...— Jisung lo llamo — Si tu no quieres, no debes detenerte del soltarlo. Hazlo.
—Se acabará si lo hago.
— ¿Y eso te hace feliz?
— Demasiado.
— Entonces lucha por el.
✞
Bang Chan se encontraba con su familia, pero su mente estaba en otro lugar. No podía evitar pensar en aquel pelinegro que tuvo en sus brazos exactamente dos dias atrás.
