Víbora

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Otro capítulo cachondo, perdón. 😔

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- ¡Tienes que creerme Valentina, por Dios! - Gritaba Jose Miguel desesperado luego de que ella lo viera besándose con su prima. O bueno, más bien a su prima besándolo a él.

- ¡Eres un cínico! - Ella lo abofeteó, reteniendo lágrimas en sus ojos.

- Te amo maldita sea, ¡Entiende! - Exclamó desesperado. - No podría besar a nadie más que no sea a ti..

Valentina lloró y se dejó caer en la cama sentada, justo iba a darle una sorpresa cuando vio a Ivana y al hombre que amaba besándose. Y él para nada se veía forzado.

- ¿Por qué siempre tienen que engañarme? - Gritó enojada y llorando con dolor. - ¿Por qué siempre con ella?

Jose Miguel negó con la cabeza y se acercó a ella, se arrodilló a sus pies y la miró.

- No bonita, yo jamás sería capaz... - Dijo tomando sus manos. - Mi corazón es completamente tuyo, incluso puedes tomarlo en este instante..

- Aunque así fuera, verte así con ella me ha dolido demasiado.. - La castaña mostró una mirada verdaderamente triste.

- Haz lo que quieras, castigame, vuelveme a pegar si quieres... Si eso puede aliviar tu dolor, hazlo.

Valentina lo miró con el ceño arrugado.

-  Eres un idiota.

- Lo soy por confiar en Ivana, aún sabiendo lo que ella siente por mí.. Perdóname, perdóname bonita.

- Para que haya perdón, antes debe ir un castigo. - Le dijo ella mirándolo seriamente. Sonrió, y empezó a calmarse, miró los labios de él mientras los acariciaba con sus dedos.

- El único castigo es estar sin ti..

- Que romántico señor Montesinos, no parece que hace unos minutos estuviese besando a otra. - Valentina acarició su pecho, y sonreía. Tal vez su sorpresa no estaba del todo echada a perder.

- ¡Ya basta con eso Valentina!

La mujer se levantó y le soltó un fuetazo en la cara.

- ¡No me grites! - Gritó molesta, mientras seguía apuntando el fuete de cuero hacia él. Lo tomó por las solapas de su camisa y lo aventó a la cama, de nuevo soltó un golpe con el artefacto de cuero, pero este fue en el colchón, sólo amenazándolo.

- ¿Estás loca? - Exclamó Jose Miguel sobándose la cara. De nuevo recibió un golpe, este le dio en la boca, rápido se cubrió y cerró los ojos sintiendo la sensación de que aquel fuete venía de nuevo en dirección a su cara.

En una milésima de segundo sintió el peso de Valentina encima de él, y abrió los ojos, sorprendiéndose al verla. Estaba enfundada en una sensual lencería negra, con medias y ligueros en sus largas piernas. Ella parecía ignorarlo, sólo estaba sobre él atando sus manos a la cabecera de la cama mientras los ojos de él no podían dejar de mirarla embobado.

- ¿Qué haces? - Preguntó titubeando Jose Miguel. La castaña terminó de atarlo y sólo lo miró. - Te ves.. muy hermosa.

- ¿Sólo eso? - Ella le interrogó, empezó a besarle por el cuello. Mordió su oreja. - Pensé que te iba a gustar más..

- Sí.. Si me gusta.. Bonita.

- ¿O quieres a Ivana en mi lugar? - Preguntó ella mirando su rostro, empuñando el fuete en su mano. Los celos la consumían. - ¿Te gusta más ella?

- No... No..

- No pareces muy convencido. - Valentina besó su pecho, luego retiró uno a uno los botones de su camisa, acarició la piel masculina con el fuete, lo miró interrogante.

- ¿Qué?

La mujer le dio dos latigazos uno seguido del otro, la piel de su pecho ardió.

- ¡Valentina! - Gritó él.

La castaña llevó su mano hasta su erección, lo apretó con ira, el hombre gimió, ella lo soltó.

- Bonita... ¿Piensas dejarme sin descendencia? - Preguntó tratando de alivianar el momento.

- Tal vez si tu descendencia no es conmigo.. - Sonrió ella mirándolo, y besó su abdomen. Sus manos al tiempo bajaban los pantalones de Jose Miguel, sin dejar de besarlo, el hombre respiraba agitado.

La mujer lo miró de nuevo, le sonrió de lado, estaba extasiada. El moreno la observó con entusiasmo.

Ella bajó la mirada hacia el bulto debajo de su rostro, sonreía llena de satisfacción y sólo respiraba encima de él, haciendo que el hombre se desesperara. Jugueteaba con su virilidad, y amagaba con complacerlo, él sólo se retorcía en el colchón esperando que ella cediera.

Hizo un camino de mordidas hasta su pecho, y se llevó un pezón de él a la boca. El moreno jadeó adolorido, viéndola como jugaba con él, por eso trató de soltarse, y se sacudía aún con la mujer encima, pero ella enrollada a él como si fuese una serpiente no le daba la más mínima oportunidad. La mujer besó sus labios ansiosa y sus manos tiraron del cabello de él, acabó mordiéndolo nuevamente, sintiendo el sabor a sangre entre sus labios.

- No vine a complacerte a ti. - Dijo, y sus ojos miel vieron la oscuridad entre los ojos de su amante, con las pupilas dilatadas de deseo. La castaña relamió sus labios, y sonrió.

- Val.. Valentina, ya para con esto. - Le pidió angustiante Jose Miguel.

- ¿Tan aburrido estás? - Preguntó sentándose nuavemente sobre su erección. - Pues no parece.

- Suéltame.. - Le pidió.

- No. - Dijo sonriendo ella con sadismo. - No es necesario.

La mujer se empezó a sacar la pieza superior de su conjunto, sólo la deslizó hasta por debajo de su pecho, dejando sus pechos afuera. Pasó sus manos por su fino cuello y se acarició con delicadeza, Jose Miguel la miraba con intensidad, trató de soltarse pero era imposible. Y así veía como ella empezaba a jugar con sus pechos, y los masajeaba enfrente de él, al mismo ritmo con el que se movía sobre su cuerpo.

Era delirante.

Y él ya no aguantaba más.

- Valentina...

- ¿Qué se siente tener a una mujer encima y no poder tocarla? - Preguntó ella mordiéndose los labios. Se recostó sobre él deslizándose como una víbora sobre su pecho, dejó de tocarse y con la mano diestra le haló el cabello mientras hablaba en su oído. - ¿Qué se siente, ah? No poder besarla, acariciarla, decirle cosas... calientes..

El hombre suspiró agitado y tenso, sentía todo su cuerpo reaccionar a cada palabra y a cada toque.

Ella en cambio deslizó una mano por su abdomen y se metió entre sus bragas, empezó a tocarse nuevamente.

- Dime.... - Ella besó su cuello, lo mordió. - ¿Cómo se siente tener a una mujer golpeándote y jugando contigo? Tocándose y manoseándose porque su hombre no lo puede hacer.... Dime..

Ella añadió más dedos a la tarea, y gimió en su oído.

- ¿Qué se siente que ella esté gritando y no sea por ti?

- Val....

- Shh.. - La mujer invadió sus labios con un beso, jadeó en su boca, y trataba de sostenerse encima de él. Pero con los minutos, cayó sobre su cuerpo respirando agitada, y con el cuerpo tembloroso.

- ¿Ahora sí quieres que te ayude?

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Ahi avisen si quieren 2da parte. Hola y chao, que Valentina las bendiga. 🛐

Lucero y Fernando [Relatos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora