STD / En la cabaña II

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- ¡Corte! - Gritó al fin la voz del director.

El par de actores suspiraron profundamente. Ella aunque debía pararse de inmediato y salir de ahí, sólo se tumbó sobre su compañero mostrándose agotada, como si en realidad hubiese sucedido algo. Él rodeó su cintura con sus manos, y también se quedó así, tranquilo y olvidando todo lo que les rodeaba. Pero el relajo pronto se les acabó.

- Bueno, ¿Y ustedes? - Preguntó el mismo director viendo la escena. - ¿Se quedaron con el gusto o qué?

La actriz se puso de pie riendo, se cubrió, y salió hacia su camerino, sin decir más nada. Sin ver que más atrás iba su compañero siguiéndola.

- Te apuesto a que esos tienen algo... - Susurró uno de los camarógrafos a una persona del equipo. Haciendo la voz más baja posible para que nadie más oyera.

- Creo lo mismo... - Le contestó él, mirando a todos lados y cerciorándose de que no le escucharan. - O tal vez sólo son muy buenos actores.

- Nah.. He visto muchísimas parejas, he grabado infinidad de novelas. Y jamás vi algo tan real. - Añadió. - Además se traen una confiancita..

- Ya parecemos viejas telenoveleras...

- Lo somos desde hace mucho, desde que vivimos dentro de este mundo. - Ambos rieron negando con la cabeza.

*

En efecto, estaban el par de actores en medio de telones, utilería, y miles de cosas de producción en un set de grabación que no estaba en uso. Estaba un poco oscuro pero unos cuantos rayos de sol se colaban por las ventanas tapadas por cantidad de andamios y objetos. Ellos permanecían ahí, ocultos, como un par de jóvenes que han hecho alguna travesura, pero en realidad el único pecado de ambos era amarse.

- A veces me pregunto si eres de verdad.. - Musitó Fernando observandola encantado, acariciando su rostro con el índice y el pulgar. Ella era perfecta.

- Pues me estás tocando.. - La castaña río a carcajadas. - Estoy aquí.

- Eres tan bella, tan única, tan especial. - Él sonrió robándole un beso. - Me siento deslumbrado..

- ¿Y? Sólo eso.. - Ella pareció bajarse de la nube. Y lo miró sin mucha emoción. - Sólo te parezco atractiva... ¿Y yo? ¿Qué sientes por mí?

- La pregunta debería ser, ¿Qué no siento por ti? - Replicó Fernando. - Desde que hicimos esa telenovela de época creo que despertó algo en mí, algo que jamás había sentido.. No se que sea, no se si es amor. Pero, no quisiera dejar de mirarte nunca, quiero estar así a tu lado para siempre. Así como ahora.

Él se hizo al lado de ella y la abrazó.

- Te enamoraste de mí, Colunga.

- Bueno, me costaba decirlo así, pero sí. - Dijo sonriendo. - Es que me desconozco.. Caray Lucero, me haces sentir como un adolescente..

Ella sonrió y lo miró.

- Yo también me siento así. - Decía la castaña riendo. - Pero la verdad es que somos unos cuarentones.

- La emoción que produce esto no tiene edad. Me dirás un exagerado, tonto, y ridículo, pero lo que yo siento es amor genuino, y no me importa si te burlas..

- ¿Por qué me burlaría?

- A veces te siento inalcanzable. Eres una estrella...

- Tu también lo eres.

- Jamás me había enamorado así, en mis cuarenta y tres años.. - Confesó. - Y te advierto que haré todo lo posible para conquistarte.

- ¿Conquistarme? - Preguntó ella mirándolo con una ceja arqueada. - Fernando...

Lucero y Fernando [Relatos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora