Pero todo el asunto de la tienda de novias había ocurrido hacía meses, y sólo estaba pensando en mis amigos porque estaba sola.
Peor aún: sola en un funeral doble. Mi padre y su esposa estaban muertos.
No tenía ni idea de como sentirme al respecto. Nunca me había gustado Cat... mi madrastra... una mujer descarada y basta, que mentía como succionaba agua un pez, una mujer que había sacado a mi madre a empujones de su matrimonio y destrozando mi concepción de "vivir felices para siempre" a la tierna edad de trece años. Y mi padre, que nunca había tenido ni idea de qué hacer conmigo. Atrapado en medio de las guerras diarias entre Cat y yo, y mi madre y Cat, y Cat y él ("Deshazte de ella, querido, y hazlo ahora mismo"), se desentendía de todo el asunto. Me quería, pero era débil. Siempre había sido débil. Y mi vuelta de la muerte le había horrorizado. Y ella nunca me había querido, ni siquiera le había gustado. Pero estaba bien, porque a mí tampoco me había gustado nunca ella. Mi retorno de entre los muertos no había mejorado en lo más mínimo nuestra relación. De hecho, la única cosa que lo había logrado había sido el nacimiento de mi hermano, Baby Jerry, que estaba misericordiosamente ausente del funeral.
Todo el mundo estaba ausente.
Imra estaba en el hospital con la quimio, y su novio, el detective Mike Matthews, sólo abandonaba su lado para comer y ocasionalmente arrestar a algún tipo malo.
En una horrenda coincidencia, el funeral tenía lugar donde había transcurrido mi propio funeral. Donde habría transcurrido, sólo que yo volví de la muerte y salí por pies de allí. Además, no estaba en absoluto complacida con el hecho de encontrarme de vuelta aquí. Cuando había muerto, hacía más de un año, le había echado un vistazo a la sala de embalsamamiento pero no me había demorado exactamente haciendo turismo. Por lo tanto, estaba sentada en una habitación que nunca había visto. Sobrias paredes oscuras, montones de sillas plegables de felpa, fotos de mi padre y Cat tamaño póster en la parte delantera de la habitación. No estaban en ataúdes, por supuesto. Nada que pudiera abrirse. Los cuerpos se habían quemado hasta ser irreconocibles.
-...un pilar de la comunidad, y el señor y la señora Danvers eran participantes activos en varias causas de caridad... - Sí, claro. Cat (diminutivo de Catherine) era tan caritativa como ese tipejo chiflado que gobernaba en Corea del Norte. Tiraba el dinero de mi padre en varias causas para poder ir a las fiestas de recaudación de fondos y fingir que era de nuevo la reina del baile de graduación. Una de esas mujeres que destacaron en el instituto. Siempre me había asombrado que mi padre no hubiera visto eso. Recorrí con la mirada la habitación, llena en su mayor parte de desconocidos (y no muchos, además, a pesar de que los dos habían sido "pilares de la comunidad") y tragué con fuerza. Nadie estaba sentado junto a mí a ninguno de los dos lados. ¿Cómo podrían? Había venido por mi cuenta. Nia, la comandante/mayordomo de Lena, estaba en un viaje diplomático por Europa, para asegurarse de que nadie estuviera todavía planeando una jugarreta contra ninguno de los de aquí. La facción europea de vampiros finalmente había venido de visita hacía unos meses, hubo caos y asesinatos, y después habían salido a la carrera de la ciudad. Para mí estaba bien. Ojos que no ven, corazón que no siente... ese era prácticamente el lema de la familia Danvers. ¿Era pesimista Lena al respecto? No demasiado. Puesto que Lena y yo habíamos finiquitado los preparativos de la boda, Nia estuvo de acuerdo en ir. Dado que Nia nunca se alejaba mucho de Lena, un viaje en solitario era algo inaudito para ella.
Pero sus últimas palabras exactas al dejar la casa fueron:
"¿Qué puede ir mal en dos semanas?".
Famosas aterradoras últimas palabras.
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Vampira e Intranquila
FanficLa Reina de los Vampiros ha vuelto. Esta vez inmersa en los preparativos de su boda con la arrebatadora Lena Luthor... que no para de quejarse por todo... Kara necesita un descanso, necesita que sus amigos dejen de agobiarla. Pero cuando deseó todo...