Capítulo Catorce

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No está muerta.

No está muerta.

No está muerta, porque si lo estuviera... la mataría.

Pero tenía que afrontar los hechos. Lena no estaba enfurruñada. Por una parte, no era su estilo. Le gustaba contraatacar, no retirarse. Por otra, por estúpido que pensara que era todo el asunto de la boda... nunca me dejaría plantada con todos los preparativos a menos de dos semanas del gran día.
Bueno, puede que si lo hiciera, pero no se largaría dejándome colgada. Incluso cuando creía que la odiaba, me había sido imposible librarme de ella. Ahora, cuando nos amábamos la una a la otra, ¿iba a achicarse?... No era probable.

Nia tenía razón a medias: alguien la había raptado. ¿Pero quién? ¿Y cómo? ¿Y dónde demonios estaba? Dejé vagar la mirada y vi que Baby Jerry se había cansado de jugar con sus bloques de construcción blandos y se había vuelto de costado, con un pulgar embutido en la boca cerrada. Me miraba con somnolientos ojos azules mientras yo me paseaba, al tiempo que me quejaba y pensaba y me mordía las uñas y rondaba de acá para allá. Finalmente me senté a la mesa de la cocina, crucé las manos, miré mis manos cruzadas, y pensé: esto no es una coincidencia. Pensé: ¿Lena, Winn, Clarke y Lexa, Cathie y Nia, Imra y Mike y un funeral doble y Waverly y mi madre? ¿Toda esta gente desaparecida o ausente deliberadamente de mi vida? ¿Y ahora, entre todos los momentos posibles? ¿La semana en que mi padre y Cat mueren? ¿Dos semanas antes de que me case con la Reina Consorte de los Vampiros? De acuerdo, recuerdo haber deseado que todo el mundo me dejara sola unos cuantos días, pero esto es ridículo. Pensé: ¿Quién mató a mi padre y mi madrastra? Porque todo esto estaba demasiado bien sincronizado, ¿sabes? Demasiado para ser un tiro al azar. ¿No sabían que estaban jodiendo a la reina de los vampiros? (Quien quiera que fueran "ellos") ¿No sabían lo que podía hacer con ellos? Seguro que sí. Sólo que no les importaba. No creían que yo fuera una amenaza; ningún vampiro creía que yo fuera una amenaza. Sólo lo creían cuando los mataba. E incluso entonces, corría el rumor de que en realidad había sido Lena quien lo había hecho. Incluso a la facción europea le había llevado un maldito año venir a presentar sus respetos. ¿Y a quién estaba intentando engañar, llamándome a mí misma reina vampiro? Ni siquiera creía que el Libro de los Muertos dijera que Lena y yo estuviéramos casadas, ¿cómo me iba a creer todo lo demás? Como habría dicho Imra, No puedes tenerlo todo, Kara. ¿Entonces quién había visto mi debilidad y había actuado? ¿Y qué demonios iba a hacer yo al respecto? Eso, por supuesto, asumiendo que esto se tratara de mí. Casi reí. ¡Por supuesto que iba de mí! Sólo que no en el buen sentido. Tomé el teléfono, marqué el número de mi madre, y esperé a que contestara.

-¿Mamá? Escucha, necesito un favor. La cosa está muy jodida por aquí, y no creo que sea seguro para Baby Jerry. ¿Puedes quedarte con él un par de días? ...

¿Mamá? ...

¿Hola? ...

-¿Qué crees que estás haciendo, jovencita? - Miré fijamente a mi madre, cuyo cabello estaba despeinado en su furia. Había llegado rugiendo a la mansión en su Honda para patearme el trasero. Ahora mismo estaba teniendo problemas para averiguar por qué... -¿Quieres saber por qué estoy tan enfadada?

-En realidad no.

-Te diré por qué. Tú eres la responsable de este niño. -Señaló con un dedo sin manicura a Baby Jerry, que bostezó-. Tú. Ni yo. Ni tu hermana.

-¿Has hablado con Waverly?

-Tú. Y a la primera señal de problemas...

-¿La primera? -chillé.

-... vienes corriendo a mí para que te bese la frente y haga que todo vaya bien. Bueno, no puedo hacerlo, Kara. Eres una mujer adulta, y ya es hora de que empieces a actuar como tal.

Vampira e IntranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora