Capítulo Veinte

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-No puedo creer que me estés haciendo de canguro.

-Hey, no tenías por qué venir.

-Uh-hum. Porque vagar por ese mausoleo en el que vives era mucho mejor plan...

-Mamá, ¿puedo tomar algo más de papel?

Echo y Lara de Skaikru y yo estábamos de vuelta en la tienda de novias. Era la primera noche de luna llena. Mi boda era en cuatro días. ¿Negación? ¿Era por eso por lo que estaba aquí? ¿Fingiendo que todo iba bien y que realmente iba a casarme la próxima semana? Bueno, sí. Por otro lado, si Lena aparecía (o si alguna vez fuera capaz de averiguar dónde estaba), no tenía planeado caminar hasta el altar desnuda. Dado que había estado planeando mi boda desde séptimo curso, era ligeramente alocado haber dejado el vestido para tan tarde. No sólo tenía que ser El Vestido, sino que a estas alturas del juego necesitaba que requiriera pocas o ninguna modificación. Lo de la florista estaba arreglado y también el menú de la recepción. El juez de paz estaba reservado... era amigo de mi madre. Las confirmaciones de las invitaciones habían llegado mucho antes de que Lena hubiera desaparecido. Era una pequeña ceremonia civil, así que no habría ensayo. Ni damas de honor tampoco, aunque había escogidos trajes de diseño para que los vistieran mis amigas, todos Vera Wang, todos de colores preciosos. Hablando de colores preciosos, Lara estaba acostada en el suelo, pintando con rotuladores Crayola brillantes. Echo estaba derrumbada en uno de los sillones, mirando al techo. Y, lo que había sido una agradable sorpresa, desarmada. Y yo estaba intentando no recordar la última vez que había estado en la tienda de novias, cuando las cosas habían sido casi normales.

-¿Cómo fue tu boda? -pregunté, esperando a que la dependienta me trajera algunos vestidos. Resopló.

-No tuve. El día en que conocí a Bellamy me quedé embarazada de esta. -Asintió hacia su hija-. Por lo que a los hombres-lobo respecta, eso fue una boda.

-¿De verdad? -Estaba interesada a pesar de mis propios problemas-. Yo estoy más o menos en el mismo barco. Tenemos esa cosa llamada el Libro de los Muertos, que me predijo... uh... a mí. Y a mi prometida Lena. Así que también ella ha pensado siempre que ya estábamos casadas. Incluso cuando no podía soportarla, ella asumía que estábamos atadas.

-Exasperante.

-Y que lo digas. De cualquier forma, la última cosa que ella quería era una auténtica boda con un vestido y catering y un pastel que nosotras no podemos comer.

-Oh. ¿Y ahora ha desaparecido? - Echo probablemente sería una pésima jugadora de poker. Me alegré de que tuviera demasiado tacto como para sugerir que Lena no había sido raptada. Me miró, se mordió el labio, y después volvió a mirar al techo. -Espero que resolvamos esto pronto -dijo, removiéndose en su asiento. Su pelo hasta los hombros, normalmente liso, estaba encrespado en los bordes, debido a la humedad; se empujó un mechón tras la oreja y cruzó las piernas- No he visto a mi hijo en una semana.

-Oh... ¿Cuántos hijos tienes?

-Lara, y mi hijo Aaron. Cumplirá dos años el próximo mes. -Suspiró-. Obviamente este viaje era demasiado peligroso para un niño que ahora empieza a andar.

-Uh. -Miré hacia Lara, asegurándome de que estaba enfrascada y no prestaba atención-. No es por meterme donde no me llaman, pero creo que es demasiado peligroso para cualquiera de treinta para abajo. - Sonrió débilmente.

-Lara será la siguiente líder de la Manada. Cuanto más sepa del mundo antes de tomar el mando, mejor.

-Sí, pero... no hay mucho tiempo para ser solo una niña, ¿eh? - Echo no dijo nada. Pero pude ver que no le gustaba. ¿Cómo será, me pregunté, ser humana en medio de una panda de hombres-lobo? Enamorada de tu marido y satisfecha de tener hijos con él, pero atrapada en una sociedad con unas reglas completamente diferentes? Podía ponerme en su lugar totalmente. -¿Así que aunque tienes un pequeño, Lara será la heredera?

Vampira e IntranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora