Capítulo Once

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Me lancé escaleras arriba, rezando porque los hombreslobo no se metieran en ningún problema estando sin supervisión, comprobé como estaba Baby Jerry (todavía roncando, por cierto), después corrí de vuelta y conduje a los hombreslobo y a Echo a la cocina justo a tiempo para contestar el teléfono en cuanto sonó.

-¿Sí?

-¿Kara? Soy Waverly. Escucha, quiero hablarte de una cosa...

-Ahora no -dije, y colgué. Me sentí mal, pero no demasiado.

Ella era uno de los idiotas que habían desaparecido en mi momento de necesidad, después de todo. Y había sido extrañamente conveniente, ¿verdad? ¿Clarke, Lexa, Winn y Lena habían desaparecido todos justo más o menos en el momento en que mi padre moría y mi medio hermana se hacía la encontradiza? No. Una locura. Pero... raro. No. Raro. ¡No!, ¡Maldita sea, no! Genial. Sola y ahora paranoica. Oh, y rodeada de hombreslobo. ¡No olvidemos eso!

-Veamos -dije, asomándome al refrigerador-. Tenemos fresas, plátanos y melocotones. También hielo, para los smoothies. Oh, y Clarke dejó medio chuletón crudo. -Olisqueé-. Huele bien. Probablemente aguantará un día más o dos.

-Pasaremos de la fruta.

-También puedo -añadí dubitativamente- descongelar algunas hamburguesas, chicos.

-Estamos bien. Pasemos a los negocios.

-Yo no estoy bien. Tengo un hambre del demonio. -Les lancé a todos una sonrisa abierta y puntiaguda, disfrutando del mutuo sobresalto-. Así que es hora de los smoothie.

-Yo quiero un smoothie -intervino Lara-. De plátano, por favor.

-Marchando. -Ahora fue mi turno de sobresaltarme; ¿cuántas veces había oído esa frase en boca de Winn en esta misma cocina mientras jugaba al barman? ¿Cuántos smoothies de fresa había preparado para Lena? ¿Cuántas veces me había llevado ella arriba en brazos y vertido dicho smoothie por todo mi cuerpo?

-¡De plátano, por favor! -repitió. Me sacudí a mí misma.

-Lo siento. Me distraje por un momento. Pela estos, ¿quieres? -dije, ofreciendo a Lara algunos plátanos. Bellamy se aclaró la garganta, mientras su hija (¿cría?, ¿perrita?, ¿cachorro?) pelaba tres plátanos y tiraba las pieles al fregadero.

-Bueno, ah. Clarke no informó. E informa a las diez de la mañana hora del este el 20 de cada mes. Así que cuando no lo hizo, puedes imaginarte nuestra... - El resto quedó ahogado cuando apreté "puré". Lo dejé encendido un rato agradablemente largo, ignorando la sensación que provocaba, como de una tormenta en mi cabeza (estúpida audición vampírica). Valió la pena por cortar a este engreído arrogante y tipo bueno. Espera. ¿Acababa de decir tipo bueno? ¿Lena, dónde demonios estás? Vía gestos, señalé a Lara las gafas de sol, y ella me las trajo. Realmente era una cosita de lo más mona, y le sonreí, después dejé morir la sonrisa cuando ella no me correspondió. Era una cría demasiado vieja para sus años, eso estaba endemoniadamente claro. ¿Qué había dicho? ¿Que era la futura líder de la Manada? Eso era mucha carga para una niña de... ¿qué? ¿siete? ¿ocho años? Una perfecta amalgama en miniatura de su madre y su padre, los ojos de él, la cara de ella, la actitud de los dos. Sería espeluznante como la mierda en su adolescencia. O posiblemente en cuarto curso. Apagué la licuadora, llené el vaso de Lara hasta el borde, después oí a Bellamy zumbar. -... natural que saltáramos a la conclusión de que esas infames criaturas de la noche habían... - Y allá va de nuevo la licuadora. Me tomé mi tiempo para preparar mi propio smoothie, pero finalmente no puede licuar más la fruta y el hielo y tuve que apagarla. -... la pelea -terminó él. ¡Jesús! ¿Este tipo no sabía tomar una indirecta? ¿Cómo podía soportarlo Echo? ¿Cómo podían soportarlo todos? Afortunadamente, yo no era ese tipo de líder.

Vampira e IntranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora