Capítulo Doce

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-¡Cho, Cho, Cho! -dije, deseando no estar haciendo esto yo sola-. No saquemos conclusiones, mis ansiosos cachorrillos. Lexa se comería sus propias tetas antes de hacer daño a Clarke, y nunca, nunca, la mataría. - Murphy se estremeció y se cubrió los ojos.

-¿Tienes que utilizar frases que nunca saldrán de mi cabeza? ¿Comerse sus propias tetas? ¿Quién dice eso?

-Por no mencionar, que es difícil de creer -añadió Octavia.

-¿Creer? ¿Por qué es tan difícil de creer? ¿De repente te has vuelto una gran experta en vampiros y Demonios?

-¿Los vampiros no son propensos a los accidentes? -preguntó Echo, y en su defensa, diré que sonaba como una pregunta honesta.

-Bueno, yo si -admití-. Pero Lexa no.

-¿Puedes explicarnos lo de los Demonios?

-Claro.

-¿No hay tabús sobre discutir cosas así con extraños?

-No creo. - Los Skaikru no podía ocultar su sorpresa, así que tomé prestada una frase de su colega Murphy-. Creo que aquí está otra vez la cuestión del choque cultural. Si eso evita que arranquen las piernas a Lexa, responderé a cualquier pregunta.

-Eso es bueno, jefe -dijo Murphy -. Deja de mirarla como si esperaras que te cayera otro zapato en la cabeza.

-Para ser una cruel déspota de los no-muertos, eres terriblemente encantadora -dijo Bellamy, y nadie en la habitación se sorprendió cuando el puño de Echo salió disparado. Pero él recobró el aliento en un santiamén. Lara pidió... y recibió... permiso para ir al baño. Echo se ofreció a acompañarla. Y aproveché la ausencia de la cría para explicar lo de los Demonios, Snapper y sus enfermizos jueguecitos psicópatas, lo de la lenta recuperación de Lexa, lo de todos los progresos que había hecho y lo mucho que ella y Clarke se amaban...

-¿Así que tú misma admites que esta criatura era sub-humana hace solo seis meses?

-No sé si sub...

-¿Subsistiendo de cubos de sangre, corriendo por ahí a cuatro patas, y aullando a la luna?

-Técnicamente, tú también aúllas -señalé.

-¿Y ni siquiera podía hablar? -insistió Bellamy.

-No sé si no podía. No hablaba sería más preciso. Pero mira, después de beber mi sangre y la de la hija del d... y la de mi hermana, mejoró. Y chicos... simplemente ustedes no lo saben. Quiero decir, lo que siente por Clarke. Ella lo es todo para Lexa. Mata... moriría por ella.

-Y Clarke por ella, supongo.

-Bueno, es difícil imaginar a Clarke poniéndose pastelosa y todo eso, pero si, imagino que lo haría. -Demasiado tarde vi la trampa que Bellamy me había tendido. Me puse en pie de un salto y empecé a pasearme-. Chicos, Lexa no mataría a Clarke y después partiría hacia lo desconocido. De ningún modo. De ninguno.

-Mmmm -dijo el jefe Skaikru.

-Hmmm -añadió Murphy, también aparentemente poco convencido.

-No me ven a mí con las bragas hechas un nudo, preguntando si la miembro de su Manada a matado a mi chica y se ha largado. ¿Lo hago, puños fuera, saltando a sacar conclusiones? No. -Sonreí al ver que los Skaikru parecían incómodos. Excepto Lincoln, que me miraba fijamente.

-Hemos acabado -dijo Bellamy, bastante suavemente.

-Si, pero ahora que tu cría se ha ido, puedes disculparte por ser un idiota totalmente fuera de control, inflamable y babeante que golpea primero y pregunta después. - Golpeteó con los dedos sobre la mesa durante unos segundos, y entonces, después de un largo y difícil momento (difícil para él, no para mí) dijo:

Vampira e IntranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora