Karol-¡Despierta! —Sentí un golpe con una almohada en mi cuerpo, pestañee y no lograba ver de quién se trataba, hasta que frote mis ojos pude ver, era mi mamá y Luisa.
El gran día era hoy.
La boda sería en un hotel cinco estrellas de México , la ceremonia en una catedral lujosa frente al hotel. Tenía que llevar mis cosas para prepararme allá, mi madre me ayudaba como loca, bajé a la cocina estaba ansiosa, las manos sudaban y sentía la sensación de desmayo tomé un vaso con agua y me quedé viendo por la ventana de la cocina.
-No puedo, no soy capaz, vamos Karol es el día -Me susurré a mi misma -Falta poco.
-¿Nerviosa? -Dijo una voz a mis espaldas, giré rápidamente para ver el rostro de mi hermano con una sonrisa.
Corrí a sus brazos, estaba aterrada, asustada y espantada por lo que estaba por suceder. Con mi familia nos fuimos al hotel, llevé mi equipaje al terminar la boda tendríamos que viajar para la luna de miel. Llegamos a la suite presidencial el estilista estaba por llegar, sólo habían tres damas de honor Ana, Katja y Valentina. Ellas me ayudaron, estaban emocionadas, sentía algo que apretaba mi estómago, estaba por vivir eso con lo que sueñan muchas chicas.
Alejandro llegó con su equipo, llevaban maquillaje a kilos, estaba asustada pero no había marcha atrás, era lo que había accedido a hacer y tenía que cumplir.
-¡Quedaras bomba mi amor! —Dijo la castaña un poco más afeminado de lo normal.
Solo podía mirarme frente al espejo como todos a mi alrededor, estaban felices y yo solo fingía esa felicidad.
Llegó el momento de ponerme el vestido, me quedaba hermoso mi cuerpo lucía bien en él, era perfecto me miraba como una novia. Me dejaron sola unos minutos, debían irse para estar a tiempo de la ceremonia. Me paré frente al espejo, hasta yo me casaría conmigo misma, quizá nunca debí aceptar la propuesta de Ruggero, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse.
Mi padre llegó por mi, al verme su rostro serio se desencajó totalmente, sus ojos se llenaron de agua cristalizandolos yo solo sonreí y corrí a sus brazos.
-Estoy orgulloso de ti cariño. -Besó mi frente con ternura. Recuerdo que cuando era una niña solíamos jugar con Valentina a casarnos, ella siempre era el hombre y yo la mujer, me vestía con tacones de mamá y tomaba sus joyas, y ahora estaba por casarme, eso de cuando niña estaba por cumplirse.
Estábamos frente a la enorme puerta, al abrirse podría ver a mis familiares y amigos, lo más doloroso sería que el hombre que amo, estaría sentado ahí dentro viendo como me caso con otro, debería ser Michael quien estuviese esperándome para prometernos mil y una cosa. Deseaba que no estuviese ahí, pero Valentina lo invitó como su pareja, ellos eran buenos amigos también.
La puerta se abrió dejándome ver como la gente se ponía en pie dentro de la enorme capilla, en el fondo estaba mi hermano parado junto a Ruggero quien al verme asomó una sonrisa amable, parecía un caballero esperando a su dama, una marcha nupcial comenzó a sonar. Vi a mamá con un pañuelo al frente observándonos.
Ruggero:
Joder, estaba hecho un manojo de nervios; al verla no pude evitar sonreír, ella es atrevida e inquieta; pero justo ahora lucía como un ángel. Me quedé sorprendido al verla en ese vestido que no dejaba a la imaginación las curvas que escondía debajo de su ropa, si no supiera que se trataba de Karol hubiese pensado que era una modelo de Victoria Secret la que caminaba hacía mi de la mano de su padre. Michael su novio no dejaba de mirarla, y no lo culpo, lastima que ella no se de cuenta que él no la merece.
Un desgastado recuerdo de la infancia viajó a mi mente, Karol y Agustín jugaban en la playa y ella le contaba a él que un día quería casarse ahí en ese lugar. No pude evitar sonreír con melancolía. Su padre la entregó a mi, nos miramos a los ojos por unos segundos; estaba triste y no la culpo. La hice estar a mi lado para que siguiéramos con el protocolo de la ceremonia.
-Bien, estamos acá reunidos, por el amor de estos jóvenes..... —El anciano siguió dando su sermón, hablando de la clave de el verdadero amor. Estaba arto de estar de pie y me estaba dando sueño, el amor real como él dice, no existe o bueno solo en las películas. En la vida te lastiman cuando amas por eso lo evito a toda costa, no creo en el matrimonio, al final es solo firmar un papel para poder estar con la persona que dices amar, es de inteligentes protegerse ante posibles caos emocionales, no nací para el amor, ella a cambio es una romántica sin remedio, pero no existía ningún riesgo para mi, y eso era mi tranquilidad. Necesitaba que esta farsa terminara para poder seguir con mi vida normal.
Pasamos a la parte de los votos. Me puse nervioso apenas tuve tiempo de memorizarlos y como un caballero no podía titubear. Yo juré nunca casarme y aquí estoy diciendo acepto, los nunca se llegan tarde o temprano.
La miré directo a esos ojos verdes que tenía, sentí nervios pero finalmente dije.
-Karol, eres la chica más hermosa del mundo y me importa un carajo si alguien no piensa lo mismo, para mi lo eres. Prometo amarte a ti, no importa si engordas o te haces vieja -Ríe. —Voy a amarte cada día como el primero, prometo no spoilear tus series y películas favoritas; aun cuando muera de ganas por hacerlo, prometo dejarte ser libre; porque no me caso contigo para poseerte como un objeto, me caso porque quiero compartir la vida contigo y también prometo que ni la muerte nos separará. Por ultimo, yo Ruggero te tomo a ti, Karol para amarte, respetarte y cuidarte para siempre.Ella sonrío y todos aplaudieron. Llegó su turno.
-Ruggero, -Suspiró. -Desde niña soñé con este momento, no puedro creer que ahora me caso contigo, enserio no puedo creerlo. -Sonríe. -Eres la persona con la que quiero pelear por las cuentas de la casa, eres la persona que elijo para amar y cuidar, prometo creer en ti, aún si nadie lo hace, también te prometo comprar tu comida favorita, digo comprar porque yo aún no se cocinar, —Todos se ríen. -Prometo cuidarte siempre, amarte y respetarte siempre.
Me di cuenta que éramos buenos mintiendo, ambos teníamos una iglesia llena de personas que no conocen y fuimos capaces de hacerles creer que nos amábamos.
El momento de la pregunta...
-Ruggero ¿Aceptas a Karol como tu legítima esposa para amarla, respetarla en la salud y en la enfermedad, en la alegría y la tristeza, en la abundancia y en la pobreza; para honrarla hasta que la muerte los separe? -Me preguntó y todos esperaban expectantes.
-Acepto -Dije, con fuerza asegurando como si lo fuera a cumplir.
Hizo lo mismo con ella, cuando iba a responder miró a Michael el cual salió de la iglesia, pensé que haría un escándalo e impediría la boda, yo lo hubiera hecho si amara a alguien tanto como él dice que ama a Karol.
Llegó el momento de los anillos.
-Con este anillo -Coloqué el círculo de oro con una piedra enorme en su dedo-Te tomo como mi esposa para amarte toda la vida.
Esto estaba mal, pero no tenía opción yo jamás me casaría; por eso era necesaria la farsa.
Por suerte terminó la aburrida ceremonia, Karol y yo éramos al fin marido y mujer. Lo siguiente que sucedería era tener que vivir juntos y fingir ser esposos. Llegamos a la fiesta en el lujoso hotel, todo el dinero de la boda corrió por mi cuenta, mis padres estaban felices. Ella me evitaba y yo a ella, cada uno iba por su lado; llegó el momento en que teníamos que bailar bajo la luz de una esfera de espejo al centro de la pista mientras todos observan lo enamorados que estamos, ella entrelazó sus brazos en mi cuello sin mirarme. El sueño de cualquier chica menos el de ella, traté de mirarla pero ella me evitó.
-Mírame-Dije suave.
-No quiero. Terminemos con esto ya por favor -Dijo furiosa -¡Los zapatos me están matando! -Nos reímos.
-Karol-Me observó. -Eres mía ahora.
Me odia puedo sentirlo, y no la culpo le he hecho la vida imposible siempre. El verdadero desafío comenzaba justo ahora.
Estaba casado con mi enemiga.
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Casada con el enemigo | RUGGAROL |
Romance-¿Porque no se lo pides a tu secretaria? ¿O alguna amiguita tuya? -Pregunté molesta -Porque se cómo terminan estas cosas... -Aplanó sus labios -No quiero enredarme sentimentalmente con nadie y contigo -Me señala -Niña horrenda eso no podría pasar, N...