31 - Noticias inesperadas ✨

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Karol:

Los doctores dijeron que se recuperaría, tardaría un poco pero que se pondría bien. Ese accidente me hizo darme cuenta de una cosa.

Lo amaba. No solo me gustaba y lo quería sino que lo amaba. No te das cuenta que amas a alguien hasta que sientes que lo pierdes, para siempre. En mi caso lo comprendí cuando vi su auto dar vueltas en una carretera y pensé que moriría, las imágenes vienen a mi mente. Cuando lo sacaron lleno de sangre e inconsciente. Recuerdo quedarme paralizada y ver como los paramédicos hacían su trabajo.

Al verlo en la cama con algunos golpes me dolía el corazón, no debía estar allí;

pero no podía evitar querer verlo. Camila le había prohibido las visitas a no ser que se tratara de ella o sus padres. Pero esa noche logré entrar y mientras dormía solo lo observé y toqué su mano cálida. Me sentía culpable, si yo no hubiera seguido posiblemente el accidente no hubiese pasado. Su piel estaba pálida, el rosa de sus labios se mantenía; ni todo golpeado perdía su encanto el infeliz. Sonreí al verlo tan cómodo.

-¿Que haces aquí? -Sobresalte al escuchar su voz a mis espaldas. Me giré lentamente.

-No te importa Camila y por favor no te comportes como estúpida. -Respondí firme.

-Si sabes que es tu culpa ¿No? —Se cruza de brazos disfrutando saber que siento culpa. —Él quería arreglar las cosas contigo, y lo arruinaste. ¿Te sentirás feliz hasta que lo termines matando?

-Callate. —Dije con enojo al borde del llanto.

-Ustedes no pueden estar juntos. Son tóxicos. -Eleva su voz.-Así que VETE.

-Camila el no te ama está contigo por
Matías, su supuesto hijo. —Su rostro se tensa.

-Es su hijo. -Sonríe.

-No, eso no es seguro. No es crea que eres una cualquiera cariño pero en esta vida no se puede confiar en nadie, si Maria no estuviera Ruggero no estaría contigo. -Digo yéndome.

-Dejalo en paz Karol .

Fue lo último que escuché para luego cerrar la puerta. Llegué al estacionamiento limpiando mis unas cuantas lágrimas, odio ser tan sensible. Ese es defecto horrendo que casi la mayoría de mujeres tenemos.

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-¿Como te fue? -Pegunta Caro que me acompañó y esperó en el auto.

-No pude hablar con él y decirle la verdad. -Encojo mis hombros.

-Camila ¿Cierto? -Asiento. -Maldita, estoy segura que esconde la verdad sobre el mocoso que dice que es hijo de Ruggero.

-¿Como lo sabes? -Pregunto.

-Se que alteró la prueba de ADN. —Asegura.

Carolina raras veces se equivoca, yendo a mi apartamento no dejaba de pensar en lo que había dicho Camila. A lo mejor tenía razón.

Un mes después...

Ruggero:

Al fin volvía al trabajo. Luego de un mes de estar encerrado, comer, dormir y netflix me habían cansado. Estaba feliz por volver nuevamente a mi vida, por otro lado no sabía como me controlaría al ver a Lionel y Karol, que haría para evitar matarlo.

Después del accidente no la había visto, ni siquiera había ido al hospital no es que esperara que lo hiciera, ella había seguido con su vida. Era lo justo y también era mi turno de hacer lo mismo.

-¿Estas listo amor? -Se asoma Camila y me observa mientras tomo mis cosas y salimos juntos. —¡Será genial volver! Convoqué para una reunión.

-Gracias por tu esfuerzo Camila y gracias por cuidarme. -Le doy un beso en la mejilla para luego entrar en el auto.

Casada con el enemigo | RUGGAROL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora