18 - ¿Qué me sucede contigo? ✨

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Ruggero:

Una luz blanca tenue penetraba las persianas, debían ser las tres de la madrugada; una ausencia total de sonido y la oscuridad por toda la habitación se cortaba con el rayo de luz de luna, me hacía sentir paz, a la vez me sentía desesperado.

Cerraba mis ojos e intentaba dormir pero no lo conseguía, mi mente no cesaba de pensar y traer recuerdos dolorosos.

Karol nisiquiera roncaba, dormía como una roca a mi lado. Coloqué mis manos en la almohada y encima de ellas mi cabeza, llevaba noches enteras sin dormir intentado entender muchas cosas. Tenía un sin fin de presiones. Definitivamente no entiendo la vida, cuando estaba chico deseaba tanto crecer y me emocionaba por independizarme; pero ahora sólo quería volver a cuando era un niño y no tenía que preocuparme por nada. Pero no pudimos evitar crecer.

Estaba ahí perdido en un mar de pensamientos cuando mi enemiga que dormía a mi lado se movió hasta quedar encima de mi pecho, su cien estaba cerca de mi boca; intenté despertarla para que se acomodara pero era inútil en lugar de conseguir que se quitara, me abrazó, no pude evitar no reír.

Era la primera vez que alguien dormía en mis brazos después de Camila, sentía una sensación extraña dentro de mi, había dormido con muchas mujeres pero luego de tener sexo, casi nunca dormía con alguien solo porque si; peor aún no era un hombre de esos románticos que se acurrucan con las chicas y ahí estaba ella dormida plácidamente en mi pecho, podía sentir su temperatura junto a la mía, me abrazaba y se aferraba a mi como si yo fuese un oso de felpa. -¿Será que tiene una pesadilla? ¿Tiene frío? -Era lo que mi mente pensaba en ese momento. Cinco años atrás no me habría imaginado en una escena como esta.

Era extraño que ella hiciese eso, pero más extraño era que a mi lejos de molestarme y sentir rechazo me gustara tenerla así. Debí esa noche apartarla de mi pero no fui capaz.

Dicen la mejor manera de olvidarse de algo es mantener la mente ocupada.

Cuando mis amigos cortaban con sus novias solíamos armar salidas de modo que no pensaran en las chicas, algunos solían ponerse a hacer actividades productivas otros simplemente veían porno o bebían hasta quedar inconscientes.

Esa mañana salí a correr, coloqué mi ipod a todo volumen con esas canciones eléctricas que te hacen no escuchar lo que sucede en tu entorno. La mezcla de beats aceleran tu ser y te sientes invencible. Realizar senderismo era una de mis actividades favoritas, había descubierto que los seres humanos siempre estamos listos para subir pero nunca para bajar

Llegué a un parque y me detuve a tomar aire, había corrido mucho y de manera constante, algo dentro de mi me hacía sentir adrenalina. El aire ya faltaba en mis pulmones y sentía esa sensación de ahogamiento, coloqué mis manos en las rodillas y miré hacía el suelo, mi mente estaba en blanco totalmente. Sólo pensé en volver a casa.

Cuando salí Karol aún dormía, abrí la puerta y se escuchaba silencio seguramente ya se había ido.

-Buenos días Martha ¿Donde está Karol? -Pregunté a la de servicio que bajaba con unas sábanas.

-La señora está en la habitación ella lo andaba lo buscando también -Sonrió amablemente.

Subí rápidamente y mientras me quitaba la sudadera, al entrar no estaba ahí; me fijé y la puerta del baño estaba abierta. Se estaba duchando, pude ver por el vidrio; estaba de espaldas y enjaguaba su cabello castaño, me tiré sobre la cama no era correcto espiarla.

Sentía a mi corazón latir fuera de lo común. Correr me había dejado mal.

-¡Ey! -Dijo ella de manera entusiasta saliendo del baño con una toalla alredor de su cuerpo y una en la cabeza.

Casada con el enemigo | RUGGAROL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora