13 - Pd: Aún te odio ✨

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Karol:

Hace tres días que habíamos regresado a casa de África. Ruggero me había cachado con su agenda, por suerte no supo qué es lo que estaba haciendo. Continuaba intrigada por ese recorte de periódico, pero él guarda celosamente sus cosas.

Y además, no podía parecer una obsesionada husmeando entre sus pertenencias.

Aún no quería ir a la oficina, no paraba de pensar en la pequeña que conocí, me levanté a desayunar por suerte mamá no estaba en casa, los últimos días se la pasaba en casa con mi hermano. Llamaron a la puerta y al abrir era el repartidor con las estúpidas flores que Michael enviaba. Me hacían sentir mal, la idea de Ruggero al no dármelas había sido un acto gentil. Las tiré al suelo junto con la nota.

Corrí a la cocina, mientras Ruggero estaba en el gym le preparé un desayuno, lo serví, deje una nota como muestra de agradecimiento; mientras lo preparaba se me cruzó por la cabeza envenenar a mi esposo y enemigo, pero no lo hize. Corrí a prepararme para la oficina. Me maquille, me vestí elegante; había que superar el dolor que llevaba dentro, desde ese día que me rompieron el corazón juré prometiéndome a mi misma no volver a confiar en nadie más que me dijera que ama y ser un poco dura con las personas, a veces uno es demasiado noble y por eso termina roto.

Seguramente Michael y Valentina seguirían juntos, la que consideraba mi mejor amiga me falló. Te falla tu novio pero jamás tu mejor amiga y en mi caso fueron los dos; eso demostraba lo sola que estaba. Tantos años de amistad y de confiar en ellos mientras a mis espaldas se burlaban de mi. Lágrimas rodaron mis mejillas las limpié con coraje.

Ya era suficiente, -Basta de llorar por un imbécil que no te valoró, se fuerte y demuestrale lo que perdió. -Me dije a mi misma.

Estaba en mi oficina cuando levanté mi vista y por la puerta de cristal vi a mi hermano paseando del brazo a la Valentina . Tenía unas ganas enormes de cogerla de los pelos y sacarla de la empresa. Traté de controlar mis impulsos porque quedaría cómo una psicópata al hacer eso. Fui a buscar a mi hermano e intenté mantener la calma, al pasar por la oficina que ocupaba Michael me invadieron los sentimientos, estaba en su silla guardando sus cosas en una caja, cerré mis ojos y aún podía verlo ahí sentado ¡Basta Karol! - No puedes ser tan imbécil. -Me dije a misma.

Cuando encontré a Agustín le invité a salir a un parque que estaba frente a la empresa.

-¿Para que me traes acá? -Solté la manga de su traje, prácticamente lo había arrastrado hasta ahí.

-Quiero que dejes a Valentina . —Le dije y él estalló en risas. Me crucé de brazos, seria.

-Oye Karol, ahora ¿Que te pasa? Déjame en paz estoy trabajando. ¿Que no es tu mejor amiga? -Preguntó confundido.

-Era. No puedes salir con ella y vas a dejarla -Le advertí.

-No, no voy a dejarla por capricho tuyo. ¿Que te hizo? -Sonrió.

No podía decirle la verdad, si le decía lo de Michael estaba obligada a contarle lo de la boda falsa.

-No la dejaré Karol. -Me sentenció con certeza -Y deja de meterte en mi vida privada, ya bastantes novias me has corrido. Ni una más hermanita. —· Iba irse.

-Te engaña-Se detuvo.

-Nada de lo que inventes hará que deje a Valentina . ¿Ok? Es más creo que es la indicada tal ves le pida matrimonio. - Sonríe como bobo.

-No, ella no Agustín . -Me enfurecí.

-Si Karol, no tienes derecho a opinar, tu te casate con mi mejor amigo sin preguntarme. -Dice serio. —Asi que no te metas.

Casada con el enemigo | RUGGAROL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora