Karol:-¡Acá tienes! El vuelo y la reservación. Y por favor no te molestes, olvidé mencionarte que va Ruggero contigo. — Sonríe nerviosa.
—¿Que? —La miro como si quisiera matarla.
-Ambos son los presidentes y cualquier decisión que deban tomar tienen que estar de acuerdo. Tienen que hacer las pases... -La interrumpo.
-Basta Caro. No pasará -Sonrío.
-Lo dejaste ir Karol y un día te vas arrepentir. —Dijo mi amiga yéndose.
Lo último que había pasado entre Ruggero y yo fue que casi hundimos la empresa de nuestros padres, tendríamos que viajar a Hungría para cerrar un trato que si salía bien estábamos a salvo.
Lo más difícil de superar un ex es tener que verlo todos los días, habíamos vuelto a pelear. Todos querían que fuésemos amigos, pero nunca lo fuimos y nunca podríamos serlo. Cada vez que nos veíamos sentía esos nervios, al él parecía no importarle mi presencia, seguramente el tener un hijo y un viejo amor del pasado me habían borrado de su vida. Casi todos los días Ruggero almorzaba con Camila y llegaban y se iban juntos, eran una familia.
La vida tenía que continuar para mi...
Esa mañana llamaron a la oficina, habían problemas con el departamento que decidí comprar, debía irme de casa. En un momento u otro tenemos que hacer nuestra vida, llegué a la conclusión que no podía seguir viviendo con mis padres, y como protesta por lo del contrato me estaba mudado.
Era un departamento lujoso en una área muy cerca de la oficina. Tomé mi bolso y salí de la oficina y justamente en el pasillo me encontré con el idiota.
-¿A donde carajos vas en hora de oficina? -Pregunta mirándome confundido.
-No te importa. -Digo sin detenerme.
-No me tientes sabes que puedo despedirte Karol. -Sonríe. Pero no puede hacerlo, estamos atados.
Lo ignoré realmente no deseaba discutir, era un desastre, mi departamento no estaba listo y tenía que pasar mis cosas. Fui a casa, no tenía ganas de trabajar, todo mundo dice que el trabajo es aburrido y ciertamente lo es. Además tenía que empacar.
Se estaba haciendo tarde, debíamos abordar ese avión. Mi reloj marcaba las seis de la mañana y no habían señales de mi socio, hasta que minutos después llegó en su BMW negro conducido por Camila. Bajó sus maletas y le agradeció a la rubia-castaña, fue gracioso cuando ella quizo besarlo en los labios pero él se movió y terminó besando su mejilla.
Verlos besándose me habría roto el corazón, aún no estaba lista para verlos juntos y demostrándose cariño. Me alegré que él no la besara, al menos frente a mi.
-Bien vamos terminemos con esta pesadilla de una vez. —Dije pasando a chekear.
-Claro. -Respondió su voz gruesa.
-Pido la ventaba. -Sonrío. —¡Ah mira nos sentaremos juntos! Lo que me faltaba. -Bufé.
Era un vuelo largo. Debíamos repasar lo que presentaríamos a los inversionistas. Esta reunión era demasiado importante, si algo salía mal podíamos perder la empresa.
Como socios no teníamos la comunicación necesaria, muchas de las cosas que debíamos hacer nuestros asistentes lo arreglaban.
Muchas cosas habían cambiado en nuestra vida, él se había cortado el cabello, había dejado de salir de fiesta y se notaba más responsable. Sin embargo su chispa para discutir y llevarme la contraria se mantenía intacta.
Esa pequeña chispa entre ambos estaba ahí, ese brillo en sus ojos cuando le discutía se mantenía vivo al igual mis nervios al verlo y las ganas de besarlo y sentir sus labios en mi piel.
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Casada con el enemigo | RUGGAROL |
Romance-¿Porque no se lo pides a tu secretaria? ¿O alguna amiguita tuya? -Pregunté molesta -Porque se cómo terminan estas cosas... -Aplanó sus labios -No quiero enredarme sentimentalmente con nadie y contigo -Me señala -Niña horrenda eso no podría pasar, N...