Karol:No podía parar de mirarlo, era aterciopelado y azúl oscuro ¡Dios era el bolso más hermoso del mundo!
-¿Ruggero? -Hize un puchero.
-¡No! -Sonrió con maldad en sus ojos negando mi petición. -Ponlo en su lugar de nuevo. ¡No voy a pagar veinticinco mil dolares por un bolso!
Lo había obligado a entrar a una tienda exclusiva, Gucci la marca de mejores bolsos en el mundo aunque Channel también era buena. Mi querido enemigo se rehusaba a comprar el bolso de mis sueños con diamantes pequeños. Estaba sentado con su celular jugando por momentos sentía como me observaba mientras yo veía por los estantes de la tienda. No iba irme de ese lugar sin conseguir el bolso, recordé que solía leer en revistas que había una forma de conseguir lo quería de un hombre.
La seducción. Nunca lo había intentado, pero correría los riesgos; seducir a Ruggero iba a ser difícil porque era fuerte y sobre todo no creía en cursilerías. Pero era hombre tenía que caer.
En ese momento me acerqué donde él estaba, mis piernas temblaban. Yo podía comprarlo pero ya había gastado en cinco pares de zapato y además quería que Ruggero gastara, fue su idea lo del matrimonio y tenía obtener algo de él.
-Hola Ruggero-Susurré en su oído, coloqué mi mano en su pierna; él dejó de ver el móvil.
-¿Te sientes bien? -Preguntó confundido.
-Te ves muy guapo. -Eso era lo más incómodo, vaya lo que tuve que hacer por un bolso.
Él se puso rojo y me observó directamente, en ese momento me estaba muriendo por dentro; estaba suplicándole al hombre que más me odiaba que me comprara un bolso.
-Eso no funciona conmigo Karol y mucho menos tratándose de ti. -Me dijo serio acercándose a mi rostro dejándome oler su aliento a menta fresca y luego volvió a la pantalla del móvil.
-Eres un maldito Ruggero y... -Empecé a hablar como loca diciéndole muchas cosas a lo que él interrumpió.
-¡Señorita! -Le dijo a la asistente. - Dele el bolso a mi esposa por favor. ¡Talvez así se calla de una vez! -Eso último lo susurró.
Grité y festejé dentro de mi. Conseguí la cartera y no gasté ni un centavo. Mi técnica de seducción claramente no había funcionado. Me pregunté ¿Será que no provoco nada en él? ¿Me odia tanto que no puede sentir ni el más mínimo deseo por mi? Cuando paseamos por la calle muchos hombres me miran y él es el único que no me muestraba más que frialdad. Sus ojos miel rara vez se encontraban con los míos. ¿Tanto era su odio y desprecio hacía mi?
***
Estábamos en una cena, mi papá había vuelto antes de su viaje. Nos invitaron a casa, no paraba de ver a la rubia cínica que estaba sentada frente a mi, mi hermano había invitado a Valentina, ella me observaba victoriosa. Mi padre, Agustín y Ruggero hablaban de negocios y mi madre hablaba con la rubia.
Me sentía excluida así que decidí observar a Ruggero; su sonrisa cuando habla de algo que le gusta, sus ojos le brillan cuando le hacen alguna broma y cuando algo le disgusta su rostro se tensa y su mirada se vuelve oscura. Me sorprendió observándolo una vez y solo me dedicó una sonrisa amable.
-¿No es preciosa mi novia? -Comentó mi hermano acerca de Valentina quien me observó con desdén ¿Como esta perra era mi amiga?
Mis padres le hicieron cumplidos y halagos. Ella tenía un cuerpo que volvía loco a cualquiera, en cambio yo; tan ordinaria no tenía un cuerpo impactante seguramente por eso Michael se había acostado con ella. Nada en mi se podía admirar.
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Casada con el enemigo | RUGGAROL |
Roman d'amour-¿Porque no se lo pides a tu secretaria? ¿O alguna amiguita tuya? -Pregunté molesta -Porque se cómo terminan estas cosas... -Aplanó sus labios -No quiero enredarme sentimentalmente con nadie y contigo -Me señala -Niña horrenda eso no podría pasar, N...